Cuatro años después de ser detenidos y con el único objetivo de evitar una larga estancia entre rejas, ocho presuntos narcotraficantes acusados de conformar una red dedicada a la distribución de hachís en Galicia confesarán los hechos hoy en la Audiencia Provincial de Pontevedra. Los procesados, que empleaban la ruta portuguesa para subir las bellotas de hachís y que tenían contactos en Tánger para la adquisición de la mercancía, se exponen a penas de entre siete y doce años de prisión, lo que les ha llevado a pactar, a través de sus abogados, un acuerdo por la vía conformidad con la Fiscalía, previo reconocimiento de los delitos que se les atribuyen.
Los hechos, que fueron investigados en su día por la Udyco y el Edoa de Pontevedra, se desarrollaron "al menos desde 2013 y durante el año 2014", según el relato del Ministerio Público, que añade que "el acusado M.L.G. era el jefe o pieza principal del grupo. Era él quien tenía los contactos con los suministradores de la droga en el Sur de España y quien daba las órdenes precisas al resto de los acusados para realizar los viajes que se llevaban a cabo para traer el hachís a Galicia". Por ello, este individuo se enfrenta a la mayor pena, doce años de cárcel, que se reducirán en virtud del acuerdo siempre y cuando reconozca los hechos este martes en la Audiencia.
El fiscal explica que "cada uno de los acusados desempeñaba una función concretas y complementarias entre sí en el seno de la organización, todas ellas tendentes al éxito del plan último de distribuir la droga en la provincia de Pontevedra".
La red criminal cayó tras la interceptación de dos vehículos, un Audi A3 y un Citroën C4 con dobles fondos procedentes del Sur. El segundo ocultaba un alijo de 26 kilos de hachís.
