El obispo dice que una víctima de los Miguelianos le dijo que fue "forzada, pero no violada"

Quinteiro Fiuza sostiene que no denunció porque su "terreno" es el "moral" y esperaba abrir convocar un "juicio canónico"

Miguel Rosendo acudiendo a la Audiencia para una de las sesiones del juicio. JAVIER CERVERA
photo_camera Miguel Rosendo llega a la Audiencia de Pontevedra. JAVIER CERVERA

Luis Quinteiro Fiuza, ha declarado como testigo en la causa contra la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel este jueves y ha sostenido que no acudió a denunciar los abusos sexuales cuando tuvo conocimiento de ellos porque su "terreno" es el "moral".

A preguntas del Ministerio Fiscal, el obispo ha sostenido que se reunió con la exmigueliana M.P. (víctima en la causa) en su despacho y que ésta le trasladó que había mantenido "relaciones sexuales" con el líder de la Orden, Miguel Rosendo, y que "para ella" esa relación había sido "forzada", pero "no físicamente impuesta".

La víctima "se dejó un poco"

Mientras que, a preguntas de la defensa, Quinteiro Fiuza ha añadido que M.P. le dijo que "no fue violada" y que "se dejó un poco". "Ella de alguna manera entró en el juego", ha apuntado.

La Iglesia es responsable civil subsidiaria en alguno de los delitos por daños morales que refiere la acusación en este juicio conocido como de los 'Miguelianos'.

Quinteiro Fiuza ha testificado durante más de dos horas y ha explicado que le "preocupaba" la "cuestión moral" porque, según sus palabras, en Orden y Mandato se había cometido una "falta moral" que atentaba "absolutamente" contra "los principios cristianos" y "los principios que ellos habían aceptado".

El obispo ha reiterado que su "obligación" por su cargo era llegar a "la verdad" y que tenía "intención" de convocar un "juicio canónico", una vez obtenidas las conclusiones del informe que le encargó al "visitador canónico", para "establecer hasta dónde se pudiera la verdad de los hechos". Sin embargo, ha explicado que no iba a "ponerse con un proceso canónico" una vez empezado el "proceso judicial"; aunque ha matizado que "nunca" lo "descartó".

En su testifical, ha relatado como M.P. le aseguró que "no quería que se supiera su situación" y que él le "insistió" en que denunciara. "Después no sé lo que hizo", ha añadido sobre lo que esta supuesta víctima hizo tras su única reunión con ella, en la que también estuvo presente su marido (otro exmigueliano).

PRUDENCIA Y DISCRECCIÓN 

Por otra parte, el obispo de la diócesis Tui-Vigo ha manifestado que cuando conoce los hechos en "diciembre de 2012" valora que "había que actuar" pero, al tiempo, "hacerlo con prudencia y discrección".

A su vez, ha apuntado que no se metió "en si esto es del demonio o de Dios", en referencia a la Orden, pero que "todo lo que es tentación es del demonio".

Sobre el proceso de disolución de los Miguelianos, Quinteiro Fiuza ha explicado que hubo una "ruptura" y que "la fidelidad al obispo" no existía, que las miguelianas alegaron "indefensión" para marcharse y mostraron una "actitud desconfiada" hacia él después de apartar a Rosendo de la Orden y poner a un "comisario" al frente. "Les garanticé la paz", ha agregado, para explicar que abandonaron la diócesis pese a que él estaba "totalmente en contra".

Asimismo, el obispo ha defendido a los sacerdotes que actuaron como "asistente eclesiástico", "visitador canónico" y "comisario" de la Orden.

Y ha insistido en que "nadie pensaba que había esa situación" dentro de los 'Miguelianos'. 
Quinteiro Fiuza ha aseverado que "no tiene nada en contra" de Rosendo, que ha "sufrido muchísimo" por estos hechos y que lo ha "entregado todo" para conocer "la verdad".

El juicio de los Miguelianos continúa este viernes en la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra y celebrará su décimo novena sesión.

Comentarios