La 'Operación Baluarte', con esencia marinense gracias a la Escuela Naval

El pelotón de rastreadores de Marín, coordinado con el de Ferrol, lleva realizadas 9.075 llamadas desde el inicio de la misión

Trabajo de los rastreadores. GONZALO GARCÍAUna nueva misión, pero una totalmente diferente a las que están acostumbrados en la Armada. Un pelotón de la Escuela Naval Militar de Marín participa desde el pasado mes de septiembre en la Operación Baluarte, junto a otros 170 miembros del Ministerio de Defensa, ejerciendo labores de seguimiento de contacto de personas con covid-19 en Galicia.

Este pelotón, compuesto por una enfermera, un suboficial y nueve rastreadores, está integrado en una de las secciones perteneciente al Arsenal Militar de Ferrol, con el que se coordinan para realizar las tareas de seguimiento cada día. Ambas secciones trabajan en turnos rotativos de mañana (de 9.00 a 15.00), tarde (de 15.00 a 22.00 horas) y descanso, de modo que cada día hay 40 rastreadores de la Armada trabajando simultáneamente.

Pero esta misión conlleva a los pelotones a ofrecer algo más que su valía física y estratégica, habitual en sus misiones. El factor psicológico y la empatía juegan un papel fundamental en esta batalla, ya que diariamente, los rastreadores del centro castrense de Marín realizan una media de entre 500 y 600 llamadas. "No es un trabajo físico; es más bien un trabajo psicológico. Los rastreadores se van muchas veces a sus casas tocados por todo lo que escuchan, cosas realmente dramáticas", explica Eligio Soto, supervisor del pelotón de la Escuela Naval.

Desde el inicio de su actividad, el pasado 12 de octubre -durante el mes de septiembre los rastreadores recibieron formación y adiestramiento por parte de la Xunta de Galicia- , el pelotón de la Escuela Naval lleva realizadas 9.075 llamadas. Esta cifra está muy por encima de lo que se estimaba al principio de la misión, una media de 200 consultas diarias.

Los rastreadores de la Escuela Naval Militar realizan una media de entre 500 y 600 llamadas diarias

En esas casi 10.000 llamadas, los miembros del pelotón se han encontrado con "cosas muy dramáticas, desde gente que lo está pasando mal económicamente y le hay que decir que tiene que estar en cuarentena, hasta niños, personas mayores, dependientes...", relata Soto, que asegura que también "hay alegrías En la operación participan 40 rastreadores. GONZALO GARCÍAcuando llamas a alguien para decirle que terminó la cuarentena". 

"Muchas veces somos más terapeutas y psicólogos que rastreadores", indica. Y es que a pesar de que el fin de las llamadas sea proporcionar información y avisar de la cuarentena que cada contacto tiene que realizar, "cada llamada es un mundo. La gente agradece mucho esos cinco minutos que hablas con ellos, aunque a veces también puedes estar media hora hablando". 

"Nosotros les indicamos los protocolos que nos marca estrictamente la Xunta de Galicia. Ante eso somos muy rigurosos", destaca el supervisor del pelotón. Con respecto al procedimiento en el puesto de trabajo, los rastreadores se encargan de llamar a los contactos de los casos positivos. Estos contactos los reciben a través de una aplicación que les proporciona el Central de Seguemento de Contactos (CSC) del Sergas.

Cada día hay 40 personas, entre Marín y Ferrol, trabajando en el seguimiento de los contactos de positivos

Rastreadores trabajando. GONZALO GARCÍA"Esos contacto que nos proporcionan en forma de fichas (en la que viene un historial de covid-19 de cada persona) son a los que nosotros accedemos a través de su número de teléfono y los llamamos. Les preguntamos cómo se encuentran y le realizamos un seguimiento", explica Soto.

La Operación Baluarte es, sin duda, una misión atípica, pero aún así no deja de ser una misión por la que enorgullecerse. "Todas las misiones que hacemos nos enorgullecen. Somos militares y nos debemos a España y a los españoles y nos enorgullece cada misión que hacemos. Esta incluso más porque es algo que nos toca a todos", remata el supervisor del pelotón, Eligio Soto.

¿Cómo se elige a los rastreadores?
Para seleccionar a los rastreadores que conforman el pelotón de la Escuela Naval Militar de Marín, el criterio se basó en la antigüedad y experiencia. "Todos somos válidos, pero hubo que hacer una selección. El Mando cogió su criterio y eligió a los que están ahora trabajando. Nos conocen y saben a quien poner en cada circunstancia", dice Soto.

 

Relevos en el mes de diciembre
Los diez rastreadores de Marín que comenzaron a trabajar en la Operación Baluarte el pasado mes de octubre se relevarán con otro equipo el próximo mes de diciembre. A pesar de eso, la misión no tiene fecha de caducidad: "Las misiones se saben cuando empiezan, pero no cuando acaban. La gente psicológicamente necesita su periodo de descanso de estar todos los días aquí". 

Comentarios