Paloma Castro: "La Xunta ni está ni se la espera"

La concejala de Benestar Social de Pontevedra asegura que los concellos están asumiendo competencias impropias para hacer frente a la crisis del coronavirus y sostiene que los servicios sociales se han convertido en una especie de UCI. "Estamos atendiendo necesidades urgentes. Hay muchas personas que se han quedado con ingresos cero", advierte la edil del PSOE

Entrevista a Paloma Castro. Praza de España
photo_camera Paloma Castro. GONZALO GARCÍA

Gestiona una de las carteras más sensibles del Gobierno local durante la crisis del coronavirus: la del ámbito social. La concejala de Benestar Social, Paloma Castro (Pontevedra, 1981), analiza en esta entrevista cómo se enfrenta el Concello al impacto generado por esta pandemia mundial. 

¿Cuál es la situación de los servicios sociales? 
Desde que se decretó el estado de alarma se intensificó muchísimo el trabajo del área de servicios sociales. Muchos funcionarios empezaron a trabajar de mañana y de tarde e incluso sábados y domingos. Tuvimos que montar una logística que no preveíamos y para la que no estábamos preparados. Lo primero que se hizo fue organizar las llamadas para tener controlada a la toda la gente mayor que vivía sola en el concello de Pontevedra. En tres días se hicieron 4.500 llamadas. Ahora están todos localizados. Algunos tienen a sus hijos cerca y no tenían ningún problema de salud, pero había gente que estaba sola de verdad y que manifestaba problemas anímicos. A estos se les está haciendo un seguimiento por parte de los psicólogos del Concello. 

Usted ha llegado a decir que los servicios sociales son las otras UCI de esta crisis sanitaria… 
Sí, son UCI sociales. Estamos atendiendo necesidades urgentes. De ahí que se hayan puesto en marcha distintas iniciativas. La última de ellas es una línea de ayudas de emergencia para atender casos de urgencia social. 

¿Hay un nuevo perfil de pobre en Pontevedra, como dicen los técnicos? 
Hay muchas personas que se han quedado con ingresos cero. Hay gente que trabajaba en la venta ambulante o en el mundo de la cultura y los espectáculos que, en este momento, está parada y que tiene un nivel de gastos que no puede asumir. Estamos detectando esas nuevas necesidades. 

Lo primero que se hizo fue localizar a toda la gente mayor que vivía sola. En tres días se hicieron 4.500 llamadas

Además de las ayudas en forma de reparto de alimentos, el Concello ha puesto en marcha subvenciones económicas para vecinos sin recursos. ¿Serán suficientes para esta desescalada? 
En principio hemos aumentado en 100.000 euros la partida para necesidades sociales, con lo que disponemos de 200.000. A mayores de esto tenemos la renta social municipal, que suman otros 200.000 euros. También estamos pendientes de las ayudas anunciadas por el Estado y de cuánto nos corresponde. Así que, en principio, veremos cómo evoluciona la situación. 

¿Cree que los concellos deben asumir en solitario el rescate de las personas más vulnerables? 
En este momento, los concellos estamos asumiendo competencias impropias. Y no solo a nivel social, sino también educativo y a otros muchos niveles. Estamos asumiendo competencias de carácter autonómico. La Xunta ni está ni se le espera en esta pandemia. Nosotros somos la institución más cercana al ciudadano, nos están pidiendo ayuda y tenemos que dar una respuesta. Pero no tenemos ni la capacidad económica para afrontarla ni las competencias. 

Habrá ciudadanos que piensen que el Concello, como institución más próxima, les tiene que echar una mano en estas circunstancias… 
Claro. La gente recurre al Concello, que es la administración más cercana. Y nosotros nos vemos obligados a dar respuestas ante esta emergencia. Pero, insisto, es una competencia que es autonómica. La dejadez de la Xunta es increíble. Desde el minuto uno. De hecho, al principio, cuando se preveía que los hospitales pudiesen estar llenos y se estaban buscando alternativas para acoger a pacientes no graves, pretendían que los asumiéramos los concellos. Finalmente no fue así. También estamos asumiendo los sistemas informáticos que se están ofreciendo a los niños que no tienen acceso a Internet, cuando la educación es una competencia autonómica; nos estamos ocupando de la gestión de los albergues para personas sin techo; de la alimentación… 

¿Qué es lo que más le ha impactado de esta crisis? 
Me quedo con lo positivo. Y de positivo en esta crisis saco que haya gente que por decisión propia llevaba tiempo en la calle, y que desde el mes de marzo convive en los albergues provisionales con otras personas, que ha manifestado que no quieren volver a dormir ahí. Y en eso estamos ahora, poniendo nuestro esfuerzo para que así sea: buscar un plan transitorio para poder reintegrar en la sociedad a estas personas. También me gustaría destacar la solidaridad de muchas empresas de la ciudad que han realizado y realizan donaciones al Concello.

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