Pan de Rodeiro para los Reyes

La Panadería Jesús abastece desde hace catorce años al Palacio de la Zarzuela y al de Marivent ► Sus Majestades están de vacaciones

La panadera, con su marido y su hijo, muestra el paquete que ienvió esta semana a Zarzuela. B.P.
photo_camera La panadera, con su marido y su hijo, muestra el paquete que ienvió esta semana a Zarzuela. B.P.

El teléfono sonó un día en la Panadería Jesús, de Rodeiro. Al otro lado del hilo, el Palacio de la Zarzuela. "Non sabemos como souberon de nós. Un día chamaron, pedíronnos se podiamos servilos, levaron e gustoulle". Han pasado ya 14 años y, desde entonces, cada semana, Ana María Ledo amasa y hornea pan y dulces para enviar a la Casa Real. El último paquete, cargado con siete piezas de kilo y medio, viajó el pasado martes en dirección a la Casa de Su Majestad el Rey. El próximo, en unos días, irá a Mallorca, al Palacio de Marivent, el nuevo destino, "ata que nos avisen". Y es que durante las vacaciones de verano, Rodeiro también se sienta a la mesa de don Felipe y doña Letizia.

El pedido semanal es de unas seis o siete piezas de pan y, en ocasiones, Zarzuela encarga a este establecimiento de las tierras de Camba tartas de almendra y roscones. "Tamén lle gusta moito a empanada de panceta e chourizo", apunta la panadera, que sirve, además, a otros muchos clientes de Madrid, "xente importante", dice, que es la que pudo haber dado a probar a la Casa Real su producto.

Harina de trigo, levadura, sal, agua y cocción con leña de roble en un horno de 48 años son los ingredientes de su pan, cuya receta bebe de la tradición de Cea. Es heredada de una antigua panadera procedente de esta localidad ourensana que trabajó con ellos. Fueron Ana María y su marido, Jesús Moreiras (ahora jubilado) quienes, asumiendo el negocio familiar que habían fundado el padre y la madre de ella, le pidieron a la señora Carmen que les enseñase. "Empezamos con iso e foinos ben. Tamén facemos pan branco, redondo e de todo, pero esta peza é a que máis vendemos", explica señalando una igual a las siete que acaba de meter en el paquete para enviar a los Reyes.

La producción artesanal hace que su pan se conserve durante días. Elaborarlo requiere su mimo. "A primeira fornada leva entre sete e oito horas", explica Ana María. Las siguientes son más rápidas, aunque "la cocción leva dúas horas e o amasado é longo", teniendo en cuenta que en su panadería todo se hace a mano. Ella está al frente de un equipo que completan su hijo Jesús Moreiras y cuatro empleados más. Mario se incorporó como panadero cuando el marido de Ana María tuvo que retirarse por enfermedad. Carlos, portugués, lleva 31 años con ellos y ya es como de la familia. "Criámolo nós; vivíu aquí e era coma un fillo máis. Ata fixo a súa voda aquí na casa". Por su parte, María Esther y Moisés realizan el reparto.

No tienen despacho en ninguna otra localidad más que en sus hornos del centro de Rodeiro, pero eso no es impedimento para que su buen hacer llegue lejos. Su piezas alcanzan puntos de la geografía gallega como Chantada, O Carballiño, Nigrán o A Coruña, pero también traspasan fronteras y se saborean en San Sebastián, Toledo o Málaga. Todas ellas, dice, se despachan por encargo de particulares. Son, sin duda, un bocado digno de los paladares más exigentes que han coronado, y nunca mejor dicho, a este negocio dezano.

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