La pandemia asfixia al casco viejo como motor turístico y comercial

Los negocios de ocio nocturno y la hostelería, polos dinamizadores de la zona monumental, están al borde del abismo
Ocupación dispar en varias terrazas del centro. MB
photo_camera Ocupación dispar en varias terrazas del centro. MB

El centro histórico de Pontevedra no es solo el corazón de la ciudad, donde se concentran sus principales lugares de interés patrimonial e histórico. El casco viejo, declarado conjunto histórico y artístico en 1951, es también un importante polo de atracción turística y comercial de la capital de las Rías Baixas al que la pandemia del coronavirus ha sido como un torpedo que ha impacto en su eje de flotación.

La crisis sanitaria de la covid ha golpeado sin piedad a dos de los ejes principales en los que tradicionalmente se ha venido sustentando la dinamización del centro histórico, como son la hostelería y el ocio nocturno. Además, el pequeño y mediano comercio también está en horas bajas, como se puede comprobar a simple vista en un recorrido a pide por las principales calles peatonalizadas del casco antiguo.

Negocios de toda la vida, algunos con más de 40 años de antigüedad, han tenido que cerrar incluso antes de la pandemia. Los que han logrado sobrevivir se han tenido que apretar el cinturón para afrontar el reto de llegar a final de mes, aunque aseguran que les resulta muy complicado evitar los números rojos.

Enrique Filgueira, gerente de la Joyería Quique, opina que el comercio de la zona monumental "está muerto". Pone como ejemplo la situación que se registra a lo largo de las calles Don Gonzalo y César Boente en las que, precisa, "en los últimos 20 años cerraron bancos, negocios textiles y de calzado, ferreterías y farmacias".

El comercio de proximidad del centro histórico se encuentra en horas bajas, con una bajada en las ventas de hasta el 70%

Es una opinión que no comparte Miguel Lago, presidente del Centro Comercial Urbano Zona Monumental, quien niega que la pandemia haya sido la puntilla para muchos negocios del casco viejo y vincula el cese de actividad de algunos comercios a cuestiones de índole particular.

Situada en pleno centro histórico, el Mercado de Abastos intenta luchar para evitar que la crisis sanitaria suponga un frenazo en el proceso de dinamización que ha puesto en marcha el Concello a través de distintas iniciativas, que se complementan con otras de índole privado como la reciente plataforma digital Ponteabastos.com para el reparto a domicilio de productos frescos.

Al margen de las discrepancias sobre si la crisis sanitaria ha sido o no la estocada para algunos negocios del casco viejo,algunos de los residentes consideran que la pandemia ha cambiado este ámbito de la ciudad "para mejor".

Así, según Pilar Señoráns, presidenta de la asociación de vecinos Santa María, muchas personas aprovecharon que la ciudad había quedado vacía durante estos primeros meses del coronavirus para pasear tranquilamente por el casco antiguo y disfrutar de su belleza. "Se puede decir que han llegado hasta las raíces de la historia de Pontevedra", destaca.

Además, Señoráns opina que el casco viejo se está "revalorizando muchísimo, lo que evidencia el éxito del modelo urbano que está poniendo en práctica el Concello y su apuesta por reactivar el casco histórico". En este sentido, añade que "todas las ciudades deberían ponerse manos a la obra para revitalizar las zonas antiguas porque realmente es lo que marca la diferencia entre las distintas urbes. El interés turístico reside en las zonas antiguas porque es donde se puede ver la historia de la ciudad y comprobar la evolución que ha tenido a lo largo de los años".

José González, gerente de la tienda de ropa Playground Store situada en la calle San Román señala que ha habido un bajón en las ventas que ronda el 30%.

"Siempre he apostado por la zona monumental, en la que tengo el negocio y resido. Son tiempos en los que no me ha quedado otra solución que apretar el cinturón al máximo realizando más rebajas para captar clientela y animar las ventas", subraya el autónomo.

Enrique Filgueira

"Han cerrado 18 negocios de las calles Don Gonzalo y César Boente en los últimos 20 años"

Se considera un comerciante superviviente. Enrique Filgueira abrió su negocio de joyería en la calle Don Gonzalo —en pleno corazón del casco antiguo— hace dos décadas, en concreto el 17 de noviembre de 2000. Asegura que por entonces las expectativas de que su establecimiento saliese adelante eran "muy buenas" porque la zona monumental, que estaba en proceso de adaptarse al nuevo modelo urbano basado en la prioridad peatonal, ha sido siempre "un motor económico de la ciudad y de mucho tránsito peatonal, ya que se trata de un vial que comunica el centro de la ciudad con el Mercado de Abastos".

Sin embargo, se ha encontrado con una realidad bien distinta. De hecho, de los 22 negocios de Don Gonzalo y César Boente que estaban en funcionamiento cuando inició su etapa al frente la joyería solo quedan en la actualidad cuatro. Sitúa el inicio declive del comercio de la zona vieja en el año 2012, cuando surgió la "crisis financiera inventada en la que se suprimió la paga extra de Navidad a los funcionarios, los recortes generalizados en las nóminas y la subida descomunal de impuestos, con un Iva que pasó del 18% al 21%". Enrique Filgueira precisa que a partir de ahí los negocios del centro histórico han ido "cuesta abajo", una situación que se agravó con la pandemia, que supuso "la puntilla" para el comercio establecido de la zona monumental. En el caso del negocio de joyería que regenta, el descenso en las ventas ronda el 70%.

Con todo, se muestra a favor del proceso de peatonalización de la zona monumental impulsado por el Gobierno local. "Creo que el Concello acertó apostando por retirar el tráfico rodado del centro histórico".

Para intentar salir adelante, Enrique Filgueira dice que tiene que apretarse el cinturón todo lo posible que aún así el dinero no dá para llegar a final de mes. "Cuando antes pagabas a los proveedores en tres meses ahora hay que negociar para hacerlo en seis. La situación es límite", apostilla.

Miguel Lago

"Podemos calificar al centro histórico como la actual joya monumental de Pontevedra"

Está convencido de que "aún no hay conciencia generalizada" del problema sanitario que supone la pandemia de la covid, con un porcentaje elevado de personas que tienen miedo a entrar en los comercios o a consumir en los bares. Miguel Lago, presidente del Centro Comercial Urbano ‘Zona Monumental’, reconoce que el motor económico del casco viejo perdió fuelle de forma directamente proporcional al descenso del turismo. "Hoy por hoy, el casco histórico es la zona de mayor atracción y emblemática que tenemos en Pontevedra. La podemos calificar como la joya monumental".

"Estamos deseando que haya una solución sanitaria cuanto antes para defendernos de la covid y rentabilizar las inversiones que estamos realizando los negocios y que éstas tengan un efecto multiplicativo». Confía en que esa solución llegue lo antes posible para que el Xacobeo 2021 sea un «boom» y resulte una importante inyección económica para la ciudad y, en concreto, para la zona monumental (esa vía de peregrinación cruza el casco viejo).

OFERTA LIMITADA. Raquel es una joven que reside en el centro histórico y miembro de una conocida familia de empresarios establecidos en la zona vieja. Después de haber permanecido durante cinco años en Barcelona por motivos laborales, ha vuelto a la ciudad del Lérez cuyo centro histórico, asegura "no lo cambiaría por nada".

"Es un lugar muy tranquilo, pero lo malo es que la zona monumental solo se nutre de la hostelería, con personas que se limitan a visitar este tipo de locales para consumir", indica en referencia a la necesidad de ampliar la oferta de negocio para potenciar el atractivo del casco viejo. "La zona monumental está súper bonita, cuando hace algunos años estaba plagada de toxicómanos. Ahora apetece caminar por ella sin tener que estar esquivando los coches que en su día se adueñaron de las calles", subraya la joven.

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