Una pareja que amenazó con matarse por un hijo tiene en vilo horas a la Policía en Las Palmas

Estuvieron más de siete horas en una azotea después de que los servicios sociales se llevasen a su hijo pequeño, el octavo del que perderían la custodia

Una pareja ha mantenido en vilo este miércoles a los servicios de emergencia de Las Palmas de Gran Canaria durante más de siete horas, tras amenazar con suicidarse desde una azotea si no les devolvían a su hijo pequeño, el octavo cuya custodia les retiran los servicios sociales.

La pareja, en la azotea. EFEEl hombre, de 59 años, y la mujer, de 38, pasaron buena parte de la tarde dando vueltas por el techo del edificio donde viven como ocupas, mientras los negociadores de la Policía Nacional trataban de convencerlos de que depusiera su actitud. Lo consiguieron en torno a las 19.50 horas. Primero salió del edificio la mujer, que se encontraba mal y fue evacuada en camilla a un hospital, y diez minutos después abandonó el inmueble el hombre.

Todo comenzó por la mañana, cuando un centro de salud del barrio de Escaleritas activó el protocolo de protección de menores al ver las circunstancias en las que la pareja acudía al pediatra con su hijo pequeño, un bebé de mes y medio. 

Según fuentes de los servicios sociales, la pareja ha tenido nueve hijos juntos y no dispone de medios económicos. Uno de sus hijos falleció hace tiempo y de todos los demás han perdido la custodia.

En estado de gran nerviosismo, la pareja amenazaba desde el borde de la azotea con arrojarse al vacío (un cuarto piso), con rociarse con gasolina y prenderse fuego o con incendiar todo el edificio.

De inmediato, la Policía envió a ese inmueble de la calle Cronista Romero Ceballos a un negociador, que estuvo horas hablando con ellos por teléfono y a través de una verja. La situación comenzó a destensarse en torno a las 19.00 horas. En ese momento, una camión de los bomberos izó una escala hasta la azotea, en medio de los aspavientos del hombre.

La maniobra ya alejó de inmediato a la mujer de esa zona del edificio y poco después desapareció de la vista el hombre. Minutos más tarde, ambos estaban en el piso bajo, hablando con la Policía desde la escalera de acceso a la acera de la calle, donde finalmente se les convenció de que salieran por su propio pie.