"Las personas que visitamos nos los agradecen y resulta muy enriquecedor"

Un grupo de jóvenes de Vilagarcía se organizó hace tres años en torno a la asociación Arousa Moza con el objetivo de evitar el cierre del Liceo Casino y organizar actividades de forma altruista. Son casi todos estudiantes, que se convirtieron en voluntarios y visitan a las personas que están aisladas, les hacen la compra y les sacan la basura
Rubén Santamaría. CEDIDA
photo_camera Rubén Santamaría, presidente de Arousa Moza. CEDIDA

Rubén Santamaría subraya la reacción positiva de los componentes del colectivo que preside, porque fue la suya una respuesta inmediata y también unánime en favor de la sociedad a la que pertenecen, y que contribuye a que el servicio que presta el Concello de Vilagarcía sea más eficaz y llegue a quienes lo necesitan.

¿Cómo se pusieron en marcha?
Desde que el Gobierno declaró el estado de emergencia, nosotros publicamos un comunicado en las redes para anunciar que parábamos nuestras actividades y nos ofrecíamos a ayudar a las personas que están en el grupo de riesgo para hacerles las compras, llevarles los medicamentos, pasearle los perros, tirarle la basura y demás.

¿Y qué sucedió?
Lo hicimos público un sábado, y a los cuatro días nos llamaron del Concello indicándonos que ellos también ofrecían el mismo servicio y nos propuso que lo hiciésemos de una forma coordinada. Ellos pusieron un teléfono y necesitaban voluntarios.

¿Cómo se desarrolló el trabajo desde entonces?
En el Concello de Vilagarcía tienen una relación de voluntarios, y una coordinadora nos llama periódicamente según las posibilidades y disponibilidad.

¿Cómo está resultando esta experiencia?
Estamos encantados porque como asociación colaboramos con la sociedad, para los voluntarios es algo muy enriquecedor y notamos que ahora tenemos muchas más visibilidad. Por otra parte, también es positivo para nosotros porque resulta agradecido poder salir un rato de casa.

¿Y cómo responden los vecinos a los que visitan?
Estamos comprobando que aquellas personas a las que visitamos nos lo agradecen. Sobre, para todo la gente mayor que no está familiarizada con las redes, es un contacto que tienen con el exterior. Creo que esta experiencia es muy positiva para todos.

¿Alguna reacción de desconfianza o negativa?
No. Alguna gente es algo reacia a mantener un contacto. Otras, a las que les recogemos la basura no quieren ni hablar y te explica por el telefonillo que ya la dejaron en el ascensor, donde la recogemos. Son personas mayores, y eso también quiere decir que están plenamente concienciadas de la necesidad de evitar al máximo los contactos. Para quienes están acostumbradas a recibir las visitas de sus nietos, de alguna manera, somos como de su familia. Es una manera de expresar el afecto, de una forma muy simple.

¿Cómo viven el aislamiento?
Algunos tienen teléfono y pueden hablar con quienes quieran, pero otros no disponen de este servicio. Hace unos días estuvimos con una pareja de ancianos que no contestaban cuando les llamamos porque lo habían silenciado sin quererlo y fue necesario que una persona del Concello llamase a la puerta de su vivienda para comprobar sin había sucedido algo. No fue así, y se lo activaron de nuevo.

¿Cómo se organizan para realizar el trabajo?
La coordinadora nos llama y dependemos de ella. Estamos disponibles las 24 horas y el servicio se presta una vez a la semana por familia o persona. Las salidas se organizan en función de la proximidad de nuestras viviendas con aquellas a las que tenemos que desplazarnos e ir a por productos a la farmacia o al supermercado. Hacemos una o dos por semana.

¿Cuántos voluntarios están prestando este servicio?
Somos bastantes. Solo de nuestra asociación, Arousa Moza, unos quince.

Lo que está sucediendo era inesperado para todos y también para los jóvenes.
Lo que estamos haciendo es muy enriquecedor personalmente. Como la mayor parte de nosotros estamos estudiando, tampoco tenemos mucho tiempo, pero ahora se nota que tienen ganas de aportar. Muchos socios de Arousa Moza que participaban en actividades de vez en cuando, ahora se ofrecen para que contemos con ellos para cualquier cosa porque tienen tiempo y también están concienciados, porque en su círculos hay personas que están en el grupo de riesgo.

¿Qué es y qué persigue la asociación Arousa Moza?
Dentro de poco se cumplirá el tercer aniversario de nuestra fundación. Siempre hicimos cosas, sobre todo actividades destinadas a los jóvenes y niños, pero ahora se nos ve mucho más. También participamos en proyectos internacionales, colaboramos con al Asociación Protectora de Animales, la organización de la toma de uvas del día 31 de diciembre y pusimos en marcha la campaña para salvar el Liceo Casino.

¿Se implican los jóvenes?
Al principio éramos tres o cuatro amigos que hacíamos lo que podíamos y últimamente se está sumando mucha más gente alproyecto. Somos alrededor de 30, de los que la mitad participamos como voluntarios en los repartos que organiza el Concello de Vilagarcía. Nuestras edades oscilan entre 18 y 26 años.

Imagino que los estudios condicionan habitualmente los proyectos que llevan a cabo.
Claro. Durante el año hacemos cosas los sábados y no pasamos de cuatro o cinco, porque muchos no pueden venir a Vilagarcía por los estudios. En verano, cuando se acaban las clases, se nota porque la gente colabora mucho. En Arousa Moza, lo que les pedimos es que aporten lo que puedan, compaginándolo con sus obligaciones, porque algunos también trabajan.

"La visita de los voluntarios de Turquía fue suspendida y la prevista para mayo también"

Arousa Moza puso marcha, junto con O Sono de Lilith, un proyecto que debería plasmarse con la presencia de jóvenes de Líbano, Malta, Azerbaián, Rumanía, Grecia, Polonia, Turquía y España en Vilagarcía desde el 30 de octubre al 7 de noviembre, pero esta actividad, financiada por al Unión Europea a través del programa Erasmus+, queda en suspenso a raíz de la emergencia sanitaria.

Los planes quedan trastocados.
Queríamos llevar adelante proyectos internacionales de formación y acoger voluntarios tanto de Turquía en Vilagarcía. Pero ahora está todo en suspenso a la espera de cómo se desarrollen los acontecimientos porque la primera parte de esta experiencia tendría que haberse celebrado ya aquí, durante la última semana del mes de marzo, y hubo que suspenderlo todo. La siguiente sería en mayo y también está cancelada.

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