Por la retaguardia vive el pez

El Pontevedra volvió a dejar su portería a cero cinco partidos después ►El conjunto granate inició la segunda vuelta con una cierta solvencia defensiva como mejor noticia
Edu Sousa atrapa un centro al área por parte de un jugador del Coruxo. RAFA FARIÑA
photo_camera Edu Sousa atrapa un centro al área por parte de un jugador del Coruxo. RAFA FARIÑA

Cinco partidos después, el Pontevedra volvió a cerrar la puerta. El conjunto granate no finalizaba un partido sin encajar al menos un gol desde el pasado 1 de diciembre, cuando firmó su primer empate del curso (0-0) contra el Langreo. Desde entonces, los de Carlos Pouso habían acumulado ocho dianas en contra en cinco encuentros. Hasta el pasado domingo cuando, coincidiendo con el inicio de la segunda vuelta, el PCF negó el tanto a su rival.

Después de un inicio de liga muy irregular en cuanto al aspecto defensivo (el equipo pontevedrés encajó 18 dianas en los nueve primeros partidos, con Luismi en el banquillo), la llegada de Carlos Pouso pareció marcar una tendencia positiva en cuanto a las cifras sin pelota. Pero tras un inicio esperanzador (cuatro tantos en contra en los primeros seis encuentros con el vasco dirigiendo), el Pontevedra volvió a pecar de los mismos males que antaño. Así, en los últimos tres encuentros hasta el duelo de O Vao –incluyendo la Copa–, los granates recibieron ocho tantos.

Con el resultado gafas ante el Coruxo, Edu Sousa elevó a cinco los encuentros sin recibir un tanto. Son tan solo un cuarto de los disputados hasta la fecha.

Ahora, está por ver si el cuadro granate eleva la anécdota a virtud y logra encadenar una mayor racha de encuentros con la portería a cero. O al menos, los acumula de forma más constante. Porque, evidente, por la retaguardia vive el pez.

Precisamente el buen hacer de esta retaguardia fue clave para mantener el cero en la portería. En otras ocasiones, la labor de equipo primó sobre las actuaciones individuales a la hora de cerrar la portería. Pero en esta ocasión, el conjunto de la Boa Vila sufrió más ocasiones que en otros partidos y el papel de Edu Sousa, Víctor Vázquez o Erraji en la última línea destacó para salvar los muebles en más de una ocasión.

CUARTO PEOR. Así, con unas cifras ofensivas que no preocupan excesivamente por el momento (28 dianas), pese a las dificultades de los hombres de arriba para hacer gol (entre Adighibe, Javi Pazos y Rivera solo suman siete), el principal problema granate se centra en dejar de ser uno de los conjuntos más goleados del Grupo I. Y es que pese a estar séptimos en la tabla, los granates han recibido 30 dianas. Solo el Sanse (43), el Celta B (34) y la Peña Deportiva (32) firman peores registros.

Frenar la sangría de goles en contra es uno de los objetivos del equipo, que busca en el mercado un perfil para completar la plantilla. Dependiendo de lo disponible, se apostará por darle definitivamente el puesto de lateral izquierdo a Álex González o bien adelantarlo al extremo, incorporando a un futbolista con el que cerrar la parte zurda de la zaga.

Edu Sousa. "Defensivamente estuvimos bien"
El capitán del Pontevedra, Edu Sousa, destacó positivamente el empate ante el Coruxo y puso el foco en la seguridad atrás del equipo. "Lo mejor es que el equipo, defensivamente, estuvo bastante bien. Fuera de casa, en O Vao y ante el Coruxo, no es sencillo. Cada vez que vamos a Vigo, esa semana nos la tomamos como una visita muy complicada. Además, con las circunstancias del partido en la primera parte y luego con la expulsión, se puede decir que el empate es bueno. Dejamos la portería a cero y volvimos a sumar", aseveró el portero.

En este mismo sentido, Sousa destacó las dificultades para sorprender a un rival que ya es conocido: "Si ves las alineaciones, te das cuenta de que la mayoría de nosotros nos conocemos desde que somos pequeños. Eso dificulta mucho más que se vean muchas ocasiones o que se presencie un fútbol más fluido o bonito".

Pese a ello, destacó que hubo dos partes diferenciadas. "En la primera mitad el Coruxo se impuso y después, en la segunda, creo que las fuerzas se igualaron. Ellos percibieron que les podíamos hacer daño. Hubo un palo de Romay que les metió el miedo en el cuerpo hasta que se produjo la expulsión de Álex González", manifestó.

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