Un proyecto de innovación con el CIFP A Granxa potenciará la Horta Oroza

El aula viva de la escuela de hostelería resurge tras el confinamiento con plantaciones de temporada y proyectos para el próximo curso
2020070413444180887
photo_camera Jorge Sánchez, José Lubiáns y Ricardo Fernández, ayer, en la huerta del CIFP Carlos Oroza. C. G.

Proxecto Fénix: Mellora enerxética da valorización dos produtos agroecolóxicos da horta familiar es el proyecto de innovación tecnolóxica del CIFP A Granxa (Ponteareas) que resultó premiado en los galardones de la Consellería de Educación a las mejores iniciativas innovadoras y que cuenta como centros colaboradores a otros dos CIFP: el Carlos Oroza (Pontevedra) y As Mercedes (Lugo), así como los restaurantes Culler de Pau y A Xanela Gastronómica. Logró 35.164,30 euros, la cantidad más alta en esta edición y parte de esta cifra repercutirá en la Horta Oroza, el aula viva que estas últimas semanas resurgió tras haberse convertido en "unha selva" durante el estado de alarma.

Así lo explica Ricardo Fernández Guerra, uno de los profesores del centro más implicado en dicho espacio y que durante las vacaciones estivales se turnará con otros dos docentes, Jorge Sánchez y José Lubiáns, para atenderlo. El objetivo es que en septiembre la huerta esté perfecta para recibir al alumnado. "A natureza non parou no confinamento. Levounos dúas semanas poñer todo en orde e o resultado dos cultivos non foi o mesmo". A la espera de que el próximo curso pueda potenciarse su papel como aula exterior, ahora más que nunca por aquello de la distancia interpersonal, estas semanas están vigilando que los cultivos progresen adecuadamente.

Pepinos, calabacines y calabanzas, guisantes, fresas y moras, plantas aromáticas y flores crecen ordenadamente, así como los tomates, grandes protagonistas del proyecto compartido con los institutos ponteareano y lucense. 

Fernández Guerra señala que el principal objetivo de dicha iniciativa es impulsar nuevas salidas laborales para los titulados en los ciclos de Produción Agroecolóxica más allá del autoempleo. "Queremos axudarlles a cultivar produtos cun valor engadido no canal comercial" que tengan demanda en restaurantes de postín y que rocen la exclusividad. Como ejemplo, habla de variedades concretas de tomate que se presentarán confitados con aceite de oliva fabricado en A Granxa, deshidratados, en zumo ultracongelado para sorbetes, en helado, ahumados o encurtidos.

FRÍO POR PANELES SOLARES. El Oroza mejorará su equipamiento gracias a este proyecto, con nuevas instalaciones y maquinaria específica para transformar las hortalizas, y As Mercedes se encargará de instalar cámaras de conservación en frío alimentadas por paneles solares. "Calcularase canto diminúe o gasto con esta mellora enerxética e en que repercutirá este aforro". El alumnado de A Granxa y Oroza realizará intercambios entre ambos centros para potenciar el aprendizaje y los restaurantes colaboradores servirán de espacios para testar las nuevas preparacione entre su clientela.

Guerra admite que este "non é o mellor ano" para innovar por culpa de la pandemia pero que este proyecto servirá para "reforzar o que facemos", incluyendo iniciativas como la del aceite elaborado con hipérico para curar quemaduras de cocina o solares.

Los guisantes lágrima de 3.000 euros el kilo

Más allá de hortalizas más comunes, la huerta esconde tesoros exclusivos. Es el caso de los guisantes lágrima, una variedad cien por cien gallega que se están cultivando gracias a un convenio con la Misión Biológica de Galicia y cuyo valor ronda los 3.000 euros el kilo. "Normal, porque dan moitísimo traballo", apunta. La idea era comprobar si se daban mejor al aire libre o en invernadero.

Contra todo pronóstico sobrevivieron a la falta de cuidados durante el confinamiento y la producción ya está "recollida e ultraconxelada", tanto los propios guisantes, "moitísimo máis doces" que los convencionales, como las vainas, exprimidas en frío para producir un caldo verde muy concentrado. En septiembre llegarán a las cocinas para servir de materia prima en las prácticas del alumnado. 

El docente subraya que se trata de una variedad de guisante muy delicada, pues "non se pode deixar medrar e hai que calibralo todos os días para que non se pase de tamaño". De hecho, el investigador principal del proyecto, Antonio de Ron, de la Misión Biológica, siguió la evolución de las plantas a través de fotografías durante el estado de alarma. Se trata de una variedad que todavía no se puede comercializar al no estar certificada.

Helados de flor francesa

Otra de las novedades de la huerta es la raíña dos prados. Se trata de una planta que el profesor trajo de Francia en 2016, durante una estancia formativa con Patrick Duler, propietario del restaurante y casa de huéspedes Domaine de Saint-Gèry. "É unha planta silvestre que medra á beira dos regatos, pero en Galicia é moi difícil de atopar". Aquel bulbo plantado hace cuatro años junto al estanque de la huerta se convirtió en un vistoso ejemplar del que cada mes de agosto brotan unas flores tipo pompón "que só duran un par de días" y que se emplean en la elaboración de helados y cremas dulces. También tienen ulmaria, el principio activo del ácido acetilsalicílico, por lo que se utiliza con fines medicinales. El extremo carácter efímero de dichas flores obliga a mantener una atención estricta. La dificultad de hallarla en Galicia se solucionó con la compra de diez ejemplares a una empresa de agricultura ecológica de Lérida. Todas están plantadas en el mismo entorno y la primera flor que brote este verano será "para un restaurante moi coñecido". 

La intención es ampliar la cosecha con las plantas nuevas y trabajar en colaboración con el CIFP A Granxa. "É un produto excelente que, se conseguimos reproducir, se pode vender a restaurantes de alta gama".