A Mónica Volta (Pontevedra, 1968) y Quique Gallego (Pontevedra, 1961) les llamaron la semana pasada desde los juzgados de Pontevedra para avisarlos de que se podían casar el viernes 5 de junio. Habían acabado con los trámites previos el 12 de febrero y su idea inicial era oficiar la boda civil a finales de marzo. Pero el estado de alarma decretado por la expansión del coronavirus lo paralizó todo. Los enlaces matrimoniales, civiles y religiosos, quedaron cancelados. Hasta esta Fase 2 de la desescalada, cuando volvieron a permitirse con aforos limitados a diez personas y control de distancia entre los asistentes. Mónica Volta y Quique Gallego se casaron finalmente este viernes. Con mascarilla y pocos invitados. A la salida del juzgado, recién casados, fueron aclamados con aplausos y un "¡Que viva el amor!".
La de esta pareja era una de las cinco bodas que estaban concertadas para este viernes en Pontevedra, según confirmaban en los juzgados de A Parda. Eran las primeras que se realizaban en la ciudad desde que se decretó el estado de alarma. "En cuanto nos dijeron que podíamos usar esta fecha, ni lo dudamos", decía otra de las parejas, que iba a contraer matrimonio hace semanas y tuvo que aplazarlo. Como testigos: solo los padres de él. "Llevamos diez años conviviendo y, ahora que ella está embarazada, teníamos muchas ganas de hacerlo oficial. Nos da igual que sea de esta manera. La fiesta la podemos hacer más adelante", explicaban.
Lo mismo o algo parecido repetían las otras parejas: las ganas de casarse se imponían en todos los casos a la celebración multitudinaria. A ninguna le importaba llevar mascarilla y que la boda fuese íntima.
Las mascarillas fueron precisamente bastante protagonistas de las ceremonias. Algunas eran de telas elegantes, parecidas a las de los vestidos. Otras, divertidas: una de las parejas llevaba en ellas un bigote (él) y unos labios pintados (ella). La celebración de los enlaces también estuvo marcada por la timidez y la indecisión a la hora de demostrarse cariño. Sobre todo, con los invitados: hubo titubeos a la hora de besarse o de abrazarse y dudas evidentes sobre como saludarse.
Mascarillas divertidas y la indecisión en los gestos marcaron los enlaces
Mónica Volta tiene nueve hermanos. La gran mayoría no pudo acudir a su enlace. Muchos ni siquiera viven en Galicia. "Haremos una gran fiesta cuando todo esté más tranquilo", explicaba ella. "Hoy toca algo más pequeño. Simplemente comeremos juntos los que estamos y nada más". También se ha aplazado la luna de miel. "Teníamos previsto ir a Italia, pero será en otro momento. Este año hemos decidido hacer un viaje más corto a algún sitio bonito de España".
FACEBOOK. Con su boda de este viernes, Mónica Volta y Quique Gallego oficializan una historia de amor reciente que, en realidad, comienza hace más de 40 años, cuando se conocieron. "Yo jugaba al balonmano en el Cisne y ella era la hermana pequeña de un amigo mío que jugaba en el Teucro", dice el novio. Ambos hicieron su vida por separado, tuvieron otras parejas y hace cinco años, ya divorciados los dos, se reencontraron. "Yo ya me había fijado en él en Facebook, en el grupo Tú no eres de Pontevedra si..., pero acabó de gustarme de verdad cuando coincidimos en una cena con amigos en común", confiesa Mónica Volta. Ya no se separaron y hace un año decidieron casarse. "Hemos tenido mucha suerte al reencontrarnos, así que los dos lo teníamos bastante claro. No estamos ya para chiquilladas. Es muy bonito lo que nos está pasando. ¿Cómo no íbamos a decir que sí a la fecha? Lo único que queremos es estar juntos".
