Reclaman una atención mejor para tres alumnos con diversidad funcional del instituto de Poio

Las familias consideran insuficiente que el centro disponga de una cuidadora
El IES Fontenla acogió el viernes charlas sobre la importancia de fomentar el respeto entre estudiantes
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Entre el alumnado que cada día asiste a clase en el IES Poio hay tres jóvenes que requieren de una atención especial. Se trata de dos chicos y una chica que padecen de problemas de movilidad. Las familias de los tres chavales reclaman a la Xunta de Galicia que tome medidas para acabar con una serie de problemas derivados de unas instalaciones que, a juicio de los afectados, resultan insuficientes para sus hijos.

Vanessa es una joven de 16 años que padece una dolencia que le obliga a utilizar muletas para poder desplazarse. Su madre, Nieves Viñas, explica a este periódico que, una vez finalizados sus estudios en un colegio de Portonovo, en Sanxenxo, "decidimos matricularla en el instituto de Poio porque hubo quien nos aseguró que cumplía con todos los requisitos para que pudiesen realizarse los cuidados que necesita, pero no es así".

Tanto Nieves Viñas como las madres de otros dos estudiantes que utilizan silla de ruedas denuncian que el día a día de los chavales en el centro educativo poiense dista mucho de ser cómodo. Aunque las familias coinciden en alabar la predisposición mostrada por los profesores y por la dirección del IES Fontenla, los afectados entienden que la Consellería de Educación debería acometer una serie de mejoras en las instalaciones. "Los baños son demasiado estrechos", explica Viñas. "Apenas disponen de espacio. No resulta nada cómodo para ellos". Otra de las deficiencias tiene que ver con el personal especializado del que dispone el instituto. "Ahora mismo solo trabaja allí una cuidadora y ella no puede estar atendiendo a los tres chicos a la vez. Es necesario que se refuerce la plantilla", enfatiza, a la vez que rompe una lanza en favor de los responsables del centro educativo. "A veces, durante los recreos o cuando los alumnos tienen que cambiar de aula, son los propios maestros o los trabajadores del instituto los que trasladan a los chicos, a pesar de que no es su obligación. Hacen mucho más de lo que deberían", apunta.

CUIDADO ESPECIAL. En el caso de la hija de Nieves Viñas, esta requiere de cuidados especiales. "Hay que cambiarle una sonda que utiliza y eso no puede hacerlo cualquiera", advierte. Su madre vive en el municipio de Meaño, a unos 18 kilómetros de distancia, y no puede desplazarse hasta el instituto poiense para realizar esta tarea.

La Xefatura Territorial de Educación está al tanto de esta situación. Fuentes del departamento dirigido por César Pérez Ares confirmaron este viernes que ya se ha puesto en contacto con el Sergas para pedir que un sanitario del Centro de Saúde de Anafáns acuda al centro educativo municipal para cambiar la sonda de la joven durante los recreos.

Educación también aclara que se habilitará un espacio privado para llevar a cabo estas tareas.

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