Opinión

Recuperar las buenas costumbres

David Amor. GONZALO GARCÍA
photo_camera David Amor. GONZALO GARCÍA

ENTRE LAS muchas confesiones que este lunes me topé por las redes sociales en la que, ya saben, tanto me gusta bucear, me quedo con la de mi queridísimo David Amor, que se declara "feliz" de haber recuperado una de sus viejas aficiones: la bicicleta. Cuenta que hace veinte años que la dejó y que haber vuelto a los mandos del manillar le está regalando muy buenas sensaciones y momentos. Claro que, sí. Un ¡hurra! desde aquí para él y para todos aquellos que rescatan el baúl de los recuerdos para ponerle sabor a la vida, como dicen en el famoso concurso televisión para aspirantes a chefs.

Hablando de comida, seguro que David Amor habría disfrutado el lunes mucho en Vila de Cruces, su tierra natal y en la que vive parte de su familia. Y es que el municipio celebró su Festa do Chourizo, que va ya por su 27ª edición. Sé de buena tinta que el embutido estaba de toma pan y moja, como siempre. Y es que no podía ser menos, siendo hecho en la comarca cárnica por excelencia y asado por quienes se han convertido ya en expertos en esta técnica para no defraudar en esta cita gastronómica. Uno de los que siempre colabora en la organización es el edil del Gobierno local Andrés Lareo, y allí estaba el lunes, con el buen humor que le caracteriza, sirviendo vino y repartiendo pan entre los comensales. Me cuentan que andaba tan apurado que no sé yo ni si tendría tiempo a probar las viandas. ¡Sería una pena, se lo aseguro! Y ya no les cuento nada si los chorizos iban envueltos en las filloas de Pepe Molina. ¡De vicio! Si es que, aún no hemos sacado de la boca el turrón, como quien dice, y ya se nos viene encima el Entroido, ¡y así no podemos darle tregua a los michelines!

El que no está mucho para fiestas es el alcalde de Silleda, Manuel Cuíña. Les conté el otro día que anda aquejado de un lumbago. Aunque ya está algo más recuperado, todavía el lunes se valía de un bastón para apoyarse en ciertos movimientos. Eso sí, a pesar de las dificultades y los dolores, retomó la actividad municipal tan pronto pudo. Vamos, que apenas descansó un par de días, porque el sábado ya estaba al pié del cañón. ¡Cuídese, alcalde, y no corra tanto!

Quien mantiene el espíritu joven, y no digo que por la edad tenga que ser lo contrario, ojo, es el portavoz municipal del PP de Lalín y senador José Crespo, que este fin de semana confesaba ser un viejo rockero "con moito que dicir", acompañando su reflexión con un link al tema Here I go again, de Whitesnake. Claro que, también reconocía que lo de estar en la oposición "é como unha montaña Rusa, ten días mellores e peores", y el sábado se sentía de lo más animado.

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