Opinión

Referéndum

REFERÉNDUM ES una palabra latina que significa “volver a llevar al pueblo”. Cuando hablamos de refrendar nos referimos a la necesidad que existe de volver a reflexionar colectivamente sobre un aspecto de la vida pública, del sistema político, en la polis, en la ciudad. Aquello que nos afecta como ciudadanos y buscamos resolver. El mecanismo clásico para ejercer la acción de refrendar una vez puestas sobre la mesa las diferentes soluciones es el voto: la democracia, la mayoría. España tiene un problema de construcción estructural que ha derivado en una crisis del estado de las autonomías que continúa sin resolverse desde los inicios de la transición.

La constitución de 1978 que propuso una división jurídico administrativa del estado en diecisiete autonomías con un reparto de competencias, el reconocimiento de las tres nacionalidades históricas, una hacienda común y los principios del estado social, democrático y de derecho que aseguraban el sistema público de pensiones, la educación pú- blica y la sanidad se ha roto tras la crisis económica del año 2008, la corrupción generalizada y en el caso de Cataluña la sentencia del Tribunal Constitucional en el año 2010 que tiraba por tierra aquello que el parlamento catalán y la inmensa mayoría de los ciudadanos de Cataluña habían previamente votado: el Estatuto. Tras esta sentencia del Tribunal Constitucional la clase política catalana entró en una fase de indignación contra el Estado. La legitimidad jurídica de la Constitución Española que reconoce una única nación se opuso a la legitimidad y voluntad democrática del pueblo catalán que expresaba la existencia de la nación catalana. Posteriormente comenzaron a sucederse los recortes en todos los ámbitos de la vida pública y en aquellas esferas que supuestamente estaban garantizadas por la Constitución Española como en la sanidad, la educación y las pensiones, es decir, comenzó a romperse el contrato social entre ciudadanos y gobernantes que habíamos refrendado a través del voto en 1978 convirtiendo ese contrato en ley: la Constitución: el Estado del Bienestar. Uno de los máximos exponentes de los recortes sociales en Cataluña ha sido CIU y Artur Mas que envió al desempleo a miles de trabajadores de hospitales, escuelas y recortó a la mitad los fondos destinados a cooperación internacional y asuntos sociales. Con la indignación popular elevada en contra de sus gobernantes CIU abrazó la causa nacionalista para esconder su cruel y desastrosa gestión económica que provocó pobreza y crisis en todo el territorio y sociedad catalana. De ahí el auge de los movimientos como Barcelona en Común de Ada Colau que surgen de las clases populares, los vecinos, los barrios y las plataformas de afectados por los recortes y los desahucios. Se han ido sucediendo paulatinamente los discursos nacionalistas tanto desde el gobierno catalán como desde el gobierno español apelando a las pasiones mas bajas y esto ha producido en la sociedad en general un sentimiento de antipatía mutuo que roza la xenofobia y debe terminar. Todas las crisis económicas provocan un auge de los movimientos nacionalistas como se ha podido comprobar durante todo el siglo XX pero en el caso de Cataluña estamos ante un nacionalismo de tipo francés, ciudadano, no de corte alemán, basado en la raza, en la historia y en el "pueblo". Este nacionalismo francés basa su idea de nación en la ciudadanía como sujeto de todos los derechos y libertades. Muchos han sido los que a lo largo del tiempo llevan demandando la necesidad de una reforma de la Constitución Española de 1978 porque son las leyes las que se deben adaptar a la sociedad y no la sociedad a las leyes. Reformar la Constitución para convertir el estado en un Estado Federal y a España en una nación de naciones que asegure los derechos sociales es una necesidad imperiosa porque en el estado actual y presente ante la inmovilidad de una parte de la sociedad hay otra parte de la sociedad que si se mueve, si demanda cambios, si quiere progresar y si no nos unimos en las reformas jurídicas para que nuestras leyes se adapten a los nuevos tiempos habrá quienes considerarán roto el contrato social que los une y querrán emprender el camino por su cuenta como es el caso actual en parte de la sociedad catalana. La ley de referéndum pretende envolver de legitimidad jurídica al proceso social que vive Cataluña puesto que "SI" existe una legitimidad jurídica que emana del parlamento de Cataluña. Habrá quien considere que en un referéndum deberíamos votar todos porque la territorialidad del estado es una cuestión que afecta a la mayoría y tiene razón pero entre un referéndum unilateral y la inacción del resto de los partidos estatales hay un camino intermedio que se llama Reforma de la Constitución, Estado Federal (modelo USA), elección democrática de la Jefatura del Estado y garantía del Estado Social y Estado del Bienestar. Esta es una reforma constitucional que debería ser votada en referéndum y ahí si votaríamos todos, legalmente, legítimamente, democráticamente, catalanes, gallegos, andaluces, vascos, aragoneses, canarios, extremeños, valencianos, asturianos, castellano leoneses castellano manchegos, navarros, madrileños, riojanos, en las islas baleares, en Ceuta, en Melilla y en toda España.

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