Un agente de la Consellería de Medio Ambiente salvó este sábado por la tarde a un ejemplar juvenil de águila ratonera que, lesionado, se había caído en uno de los ramales del río Gafos. El animal fue avistado por un niño que jugaba en una casa próxima al río y que literalmente observó como caía en picado. Ante la sospecha de que al ave le pudiese haber pasado algo, se dirigió al entorno más próximo, en donde el juvenil de águila ratonera permanecía metido en el agua sin poder moverse. Al comprobar que no retomaba el vuelo a pesar de que daba muestras de estar asustada por pa presencia humana, se estableció contacto con el Seprona y con los efectivos del centro de recuperación de fauna silvestre de Pontevedra, que se desplazaron para recoger al ejemplar, con sus medios, dada la dificultad que entrañaba entrar en el curso fluvial. El ave pudo haberse lesionado con uno de los cables eléctricos que hay en la zona, o como consecuencia de una maniobra deficiente a la hora de buscar alimento, puesto que se trata de un ejemplar de corta edad, según especificó en el momento de la recogida del mismo el responsable del centro de conservación.
Declarado uno de los cuatro espacios naturales de interés local de Galicia (ENIL) el curso del río Gafos ha dado claras muestras de su capacidad para albergar distintas especies silvestres pertenecientes a la biodiversidad autóctona. Si hace unas semanas eran los alumnos de la Escola de Capataces los que daban a conocer una grabación de la gineta común (Genetta genetta) en este cauce, en esta ocasión ha sido posible avistar al águila ratonera (Buteo buteo, o miñato, en gallego), una de las especies más comunes de aves rapaces y con una amplia distribución en Europa. Los ejemplares eligen zonas boscosas para establecer su nido, pero en sus vuelos en busca de alimento dominan zonas con praderas y cursos como el del Gafos, en donde pueden encontrar con facilidad pequeños vertebrados, insectos y otros elementos propios de su menú.
