Las reservas de los gallegos en depósitos empiezan trasladarse a otros productos

En un año se retiraron más de 5.600 millones de cuentas a plazo al desplomarse los rendimientos

Montón de monedas. XESÚS PONTE
photo_camera Montón de monedas. XESÚS PONTE

EL PERFIL conservador de los ahorradores gallegos y su aversión al riesgo está experimentando cierta mudanza, que se plasma en una mayor apuesta por los fondos de inversión y los planes de pensiones, aunque sin llegar al nivel de otras comunidades. El giro no obedece a un repentino cambio de mentalidad, sino que deriva de la irrisoria remuneración de los de pósitos, que en septiembre se situó en el 0,08% de media en el caso de las cuentas a plazo de más de dos años y en el 0,09% para las de hasta 12 meses, unos niveles mínimos que son consecuencia de cuatro años de caídas acarreadas por la política monetaria del BCE para apoyar la reactivación con crédito barato. Estas rentabilidades nada tienen que ver con el 5,07% al que la banca remuneraba los depósitos a un año en octubre de 2008.

Aun así, el ahorro que los gallegos acumulan en cuentas sigue en máximos, pues familias y empresas sumaban en junio 57.501 millones de euros, una cuantía que se mantiene estancada en comparación con el mismo mes de 2016 (+0,4%). Un simple cruce con los datos del padrón de población indica que, de media, hay unos 21.200 euros por habitante depositados en los bancos.


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El 67% del saldo, 38.471 millones, está en cuentas corrientes, por las que las entidades no suelen abonar ninguna remuneración, y otros 27 millones están en cesiones temporales de activos (CTAs) con pacto de recompra. Son las conocidas como repos en el argot financiero, operaciones con remuneraciones superiores a las de un depósito convencional, que suelen estar enfocadas a inversores especializados. Al dejar de ser un producto rentable, el saldo en imposiciones a plazo se ha desplomado un 23% en el último año (-5.629 millones) hasta los 19.000 millones, la cifra más reducida desde diciembre de 2006.

"La consolidación de la bajada de los tipos de interés en el tiempo ha llevado hasta a los inversores que más se resistían a moverse del producto tradicional a hacerlo, puesto que es evidente que, en las circunstancias de mercado actuales, es necesario asumir puntos adicionales de riesgo para cada nivel de rentabilidad", constata Alejandra Pérez, la delegada en Galicia de la Asociación Europea de Asesores Financieros (Efpa).

A medida que los depósitos a plazo pierden atractivo, los fondos de inversión van ganando posiciones entre los gallegos, de tal forma que el patrimonio alcanzó los 8.850 millones al cierre de 2016, un 4,7% más en un año y el doble en relación a 2012. "La inversión está cerca de sus máximos históricos y ha recuperado en su totalidad el ajuste de los años de crisis", señala José Luis Manrique, el director de Estudios del Observatorio Inverco, quien defi ende que el riesgo se ajusta en función del perfi lde cada partícipe e incide en "la gestión profesional, supervisión y regulación" de los fondos.

En Galicia, el capital que mueven estos instrumentos de inversión colectiva equivale al 15,3% del PIB, con lo que su peso ha crecido en dos puntos desde 2014. No obstante, está por debajo de la media estatal, del 21%, y a mucha distancia de vascos y riojanos (38,4%). En Francia, Reino Unido o Alemania el patrimonio que se canaliza por esta vía supera el 50% del PIB.


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Fruto del conservadurismo de los gallegos, casi cuatro de cada diez euros se encuentran en fondos monetarios —el patrimonio se invierte en activos de deuda de bajo riesgo, con un nivel de liquidez elevado y con un plazo de amortización corto— o de renta fija. Lo cierto es que los datos de Inverco referidos a septiembre revelan que de los 37 fondos monetarios que se comercializan en el país solo uno registra una rentabilidad positiva en lo que va de año, de apenas un 0,05%. En cuanto a los más de 300 que invierten en deuda, el rendimiento medio oscila entre el -1,28% de los de renta fija internacional y el 1,12% de los de renta fija mixta de la zona euro, cuando con algunos fondos de bolsa se obtienen tasas de retorno positivas de dos dígitos. Sin embargo, los riesgos asociados a este último tipo de producto explican que solo siete de cada 100 euros se destine a vehículos de renta variable.

JUBILACIÓN. Con el futuro de las pensiones públicas a debate, también crece el dinero que los gallegos confían a planes de pensiones, que al cierre de 2016 alcanzó los 3.367 millones en el sistema individual —planes promovidos por entidades financieras, aseguradoras, gestoras de planes de pensiones— tras crecer un 4% en un año. Este monto equivale al 5,8% del PIB autonómico. En total, el año pasado realizaban aportaciones a estos instrumentos de ahorro 406.947 partícipes, con una media de 8.275 euros acumulados.

La delegada de Efpa en Galicia constata que este tipo de producto no acaba de enganchar a los gallegos "por su insuficiente atractivo fiscal, su relativa iliquidez y una limitada rentabilidad derivada en muchas ocasiones de la falta de un adecuado asesoramiento". Las tornas podrían cambiar en el medio plazo, pues el Gobierno prevé que en seis meses entre en vigor un decreto que permitirá a los titulares de planes de pensiones disponer del dinero ahorrado pasados diez años, además de reducir las comisiones.

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