Opinión

Roelio y el hijo de Marcial

El programa televisivo 'La Resistencia' va camino de convertir a Roelio y su fealdad en internacionales: no saben ver su belleza interior

El carismático Roelio. RAFA FARIÑA
photo_camera El carismático Roelio. RAFA FARIÑA

MI AMIGO Marcial acababa de ser padre y paseaba junto a su mujer, Sara, con el carrito del chaval. "¿Quieres verlo? ¡Es precioso¡", me dijo. "¡Claro!", asentí. Y allí asomé la cabeza, sin conocer lo que me iba a encontrar. Jamás había visto un bebé tan feo. "¡Que mono!", espeté, para no mentir del todo. Aquella criatura se había transportado directamente desde Narnia. Intenté no acercarme demasiado para que no me devorase una mano o no lanzase ácido a mi rostro. Sus ciegos padres, en cambio, sonreían felices, convencidos de su belleza.

Año después me crucé con el hijo de Marcial. Había crecido sano, con una buena alimentación y una mejor educación. Se convirtió en un guaperas y acabó trabajando de modelo de revista y siendo decatleta.

La mascota del Pontevedra, Roelio, no es decatleta y nunca ha llevado excesivo control de su dieta, pero se parece al hijo de Marcial en un detalle: que todo el mundo sabe lo feo que es, menos sus creadores, que hasta lo ven candidato a Miss Mascota 2018.

Los últimos en mofarse de él han sido los de La Resistencia, un programa de televisión de humor algo irreverente, presentado por un compatriota compostelano, David Broncano, que van camino de hacer a Roelio, y a su fealdad, internacionales. A mí me pasó como a ellos. En origen lo consideré monstruoso, entendiendo que una mascota no debe ser hermosa, sino carismática. Ahora no concibo al PCF sin su belleza. Y sé que algún día ellos también sucumbirán a sus encantos y que él, cambiando su alimentación y haciendo ejercicio, llegará a ser fuerte, alto y guapo a ojos de todos, como el hijo de Marcial.

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