El San Benitiño de Lérez marca el inicio oficial de las Festas de Verán

El santo volvió a atraer a miles de devotos procedentes de varios puntos de España al compás de sus archiconocidos milagros ► La romería se combinó con la parte lúdica para ofrecer una propuesta variada y atractiva

La romería de San Benitiño de Lérez fue, un año más, el multitudinario pistoletazo de salida de las Festas de Verán en Pontevedra. El primero de los cuatro grandes eventos de la temporada estival en la Boa Vila atrajo a miles de devotos procedentes de los más recónditos lugares, no solo de la provincia y de la comunidad autónoma, sino del resto de España e incluso del extranjero. El santo más 'milagreiro', además, ya no solo atrae a los fieles que acuden a él para sanarse, sino también a los amantes de la buena comida, pues de un tiempo a esta parte se celebra un xantar popular en el que no faltan los mejillones y la empanada, el pulpo, el churrasco y el vino del país.

Desde primera hora de la mañana, el monasterio del Divino Salvador de Lérez ya recibía romeros en busca del favor del santo que, según cuentan sus devotos, tiene la capacidad de curar todos los males, y no solo los propios (de quienes acuden a su presencia y cumplen con el ritual), sino también los de las personas allegadas a ellos. Los nietos, los hijos, los hermanos o los amigos fueron mencionados en presencia de San Benitiño, que tiene, según la creencia popular, poderes divinos extraordinarios y probados por muchas personas a lo largo de los años.

El altar de San Benitiño fue el lugar más concurrido, con los fieles cumpliendo el ritual de pasarlo tres veces por debajo



EL RITUAL. El altar con la imagen de San Benito se convirtió en el lugar más concurrido durante toda la jornada. Quienes acudieron a él pasaron bajo su figura en tres ocasiones (los que quisieron repetir lo hicieron seis veces, nueve, o doce, siempre múltiplos de tres). Al mismo tiempo, provistos de un pañuelo, establecieron contacto con la citada imagen del santo para, posteriormente, frotarse la parte de la piel que pretendían curar. La capacidad para sanar que se atribuye a San Benitiño se refiere especialmente a las afecciones cutáneas (verrugas o eccemas), que desaparecen tras completar el rito.

Los peregrinos recogieron el aceite que, una vez quemado y bendecido, se convierte en un bálsamo curativo para los males



Tras el paso bajo el altar, los peregrinos recogieron el aceite, una vez quemado y bendecido, que será la medicina que, apoyada por grandes dosis de fe, servirá para terminar con los citados males.

La historia del lugar sagrado data del siglo X, cuando fue construido por los monjes benedictinos. A lo largo de los años, el templo fue destinado a usos de lo más variado. En el siglo XVI acogió un afamado centro de estudios para la enseñanza de Humanidades y Filosofía del que formó parte el padre Feijoo. Sobre su estado actual, la fachada barroca que luce en estos momentos está datada en 1749. Otra de las tradiciones relacionadas con San Benitiño es la doble peregrinación, consistente en cruzar el Lérez a bordo de una embarcación para después subir hasta el monasterio monte arriba. Sin embargo, esta opción ha quedado en el olvido tras la construcción del actual puente de Monte Porreiro, que permite travesar el río y llegar a Lérez a pie, sin necesidad de barca.

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