Seis meses sin rastro de la joven Diana Quer

Son muchas las incógnitas abiertas y las investigaciones, con el teléfono móvil y un correo electrónico, como claves en este complejo caso, prosiguen
Diana Quer
photo_camera Diana Quer

Transcurridos seis meses desde la desaparición de Diana Quer, la joven de 18 años que asistió a la fiesta del Carme dos Pincheiros en su lugar de veraneo, A Pobra do Caramiñal, en A Coruña, y nunca volvió a casa, son muchas las incógnitas abiertas y las investigaciones, con el teléfono móvil y un correo electrónico, como claves en este complejo caso, prosiguen.

El terminal de Diana, un iPhone de color blanco, fue la primera y única pertenencia de la chica que se halló y apareció a finales del mes de octubre, justo en el mar, en una zona muy próxima al puerto de Taragoña (Rianxo), donde unos testigos habían situado a la chica el día de la desaparición, aproximadamente a unos 15 kilómetros del municipio en el que se le perdió el rastro.

El mal estado del teléfono al haber estado sumergido dificultó las pesquisas, de hecho el mismo fue sometido desde un inicio a un meticuloso proceso de secado y desalinización. A día de hoy, según informan fuentes cercanas a esta causa, que es secreta, es todavía la única pista real encontrada, y, después de meses de trabajo, los expertos de la Guardia Civil no han conseguido recabar por ahora información relevante que pueda relacionarse con la desaparición de la adolescente.

Otro de los puntos complicados de la investigación obedece a un correo electrónico que la asociación SOS Desaparecidos recibió el 2 de diciembre y en el que se podía leer: "Hola. Estoy bien. Necesito estar un tiempo fuera de España. Saludos, Diana Quer", texto que estaba asociado a la propia cuenta personal de la muchacha.

En todo caso, la Guardia Civil rechazó que Diana Quer, que falta desde el último 22 de agosto, fuese la autora y consideraron, por tanto, que se trataría de un hacker que utilizó sus conocimientos informáticos para suplantar la identidad de la desaparecida. Además de estos dos aspectos, la Policía Judicial de la Guardia Civil de A Coruña y de la Unidad Central Operativa (UCO), en lo que a las indagaciones se refiere, siguen intentando cotejar las declaraciones de los testigos, las que dieron en un primer momento; con otras posteriores, ya que algunas de ellas han vuelto a repetirse.

Asimismo, se han realizado numerosas diligencias referidas a la visualización de las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad del municipio de A Pobra y sus alrededores. Y, dada la mediatización de la desaparición de la madrileña, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de Ribeira decidió prorrogar de nuevo el secreto de sumario que pesa sobre la investigación abierta para esclarecer qué pudo haberle sucedido a Diana Quer.

El Tribunal Superior de Justicia de Galicia informó de que con el fin de continuar con las indagaciones se ha acordado extender la reserva sobre las actuaciones. Diana desapareció del municipio coruñés en el que se encontraba veraneando con su madre y su hermana, y tras este episodio, el padre de la joven, separado de su progenitora, también se desplazó hasta A Pobra do Caramiñal para contribuir con la búsqueda.

Pero después de semanas sin noticias, y en las que se llevaron a cabo numerosas batidas por la comarca de O Barbanza y cercanías, los padres de esta chica desaparecida, Diana y Juan Carlos, abandonaron A Pobra do Caramiñal para volver a Madrid, su lugar de residencia habitual. Diana Quer mide 1,75, tiene el pelo largo, liso y moreno; los ojos oscuros y pesa 55 kilos.

Cuando se constató su ausencia, se facilitó una descripción en la que se decía que la chica llevaba un pantalón corto rosa, camiseta blanca, sudadera y zapatillas negras con cordones, pero parece que pudo haber cambiado su vestimenta, en base a los testimonios de personas que dicen haberla visto esa madrugada.

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