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Señales

Siempre le digo a mis amigos que hay que saber leer las señales que te envía la vida y, sin embargo, poca atención presto a las que se dirigen a mí. Suele ocurrir. Imagino que tendría que volver a nacer para rectificar unas cuantas cosas que, al margen de no gustarme del todo, no dejo de hacer.

Siempre me he preocupado más de los otros que de mí misma. Supongo que es por la educación recibida desde niña, en la que la generosidad siempre ha sido una seña de identidad familiar. Luego, con el paso de los años, tú administras lo que aprendes y, al hacerlo erróneamente en algunas situaciones, te acarrea disgustos y desazón.

A mí me las han dado de todos los colores. Algunas veces, el desencanto ha venido de gente a la que apreciaba e, incluso, quería. Por mucho que lo intentas, no te haces inmune a ese dolor por mucho empeño que pongas. Por suerte, en contraposición a eso, aparecen en tu vida algunas personas que, sin esperarlo, te dan más de lo que reciben y se convierten en tus ángeles protectores, en algunas ocasiones, sin darte cuenta.

Esta profesión me ha regalado grandes y buenas amistades. Lo digo siempre. Algunas son compañeras de viaje desde hace muchos años, otras se han incorporado más tarde y ya no imagino no verlas con frecuencia. Una de ellas es Kike Sarasola.

Le conocí, hace ya tiempo, gracias a una entrevista. Me lo presentó Mauricio Adalid que, en aquel momento, trabajaba en el departamento de comunicación de #RoomMateHotels. Con el tiempo, la relación se fue haciendo más intensa gracias a Yeyo Ballesteros, su fiel escudero actual en las relaciones con la prensa.

Desde el principio, el cariño como amiga y respeto como profesional, me hizo sentir un miembro más de ese círculo tan especial que ha sabido crear. Al conocer de cerca su aventura empresarial, me declaré fan absoluta de su mundo y sus hoteles, donde siempre me han hecho sentir como en casa. A veces ¡incluso mejor!

Cuando viajo, si hay un #RoomMate en la ciudad de turno, no hay debate. Se agradece una cara amiga, sobre todo, cuando estás en el extranjero. Los que en ellos nos alojamos somos considerados más huéspedes y compañeros de piso que clientes en sí. Concibe sus hoteles como "hogares", que abren sus puertas a los viajeros que llegan a la ciudad buscando el confort, calidez y el espíritu acogedor, que ofrece todo anfitrión a sus invitados.

Hace unos años, cuando inauguró el #RoomMateAitana de Amsterdam, no pude acudir por motivos de trabajo, pero la invitación siempre estuvo ahí. Yeyo se encargaba de recordármelo cada cierto tiempo. Y hace unos días, sin esperarlo, que es como llegan algunas cosas buenas, recibí una invitación a mimarme, cuidarme un poco y pensar en mí. Me esperaban Amsterdam y Rotterdam, donde acaba de inaugurar #RoomMateBruno "que es espectacular, ya verás". Y aquí estoy, disfrutando como hace mucho que no hacía. Y agradeciendo a estos amigos que hayan sabido leer las señales, que yo ni he intuido...

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