Opinión

Sobreviviendo al cambio de hora

Carmela Silva, Félix Juncal y Xosé Leal, este jueves, en el Concello de Bueu, durante la rúbrica el convenio. CEDIDA
photo_camera Carmela Silva, Félix Juncal y Xosé Leal, en el Concello de Bueu. CEDIDA

ESTE CAMBIO de hora es un horror. Así como se lo cuento. No sé si a ustedes les pasa lo que a mí, pero estuve todo este lunes con sensación de haber dormido poco y mal. Es un fastidio, qué quieren que les diga, porque una no puede llamar al trabajo diciendo que no irá porque el cambio de hora le ha trastocado todos los ritmos del día a día. Hay que apechugar, tomar algún que otro café extra y desear que la jornada pase rápido.

Yo no sé cómo hacen algunos que tienen una actividad mucho más frenética que la mía. Estoy pensando, por ejemplo, en el deputado de Cultura, Xosé Leal, que este martes estará en Bueu, presentando una obra de teatro y, después, un recital poético con micro abierto. Me pregunto si se atreverá a soltar un par de versos. De lo que estoy segura es de que Leal, que es más buenense que la playa de Pescadoira, busca la mínima excusa para pasar tiempo en la villa. Puede que por culpa de ese empeño, Bueu se esté convirtiendo en un referente en programación cultural, quién sabe.

En fin, menos mal que ahora vienen los festivos de Semana Santa y, sea de manera litúrgica o de manera ociosa, cada uno según prefiera, podremos hacer un alto en el camino y desconectar hasta que llegue abril. Que, por cierto, si quieren aprovechar bien los días libres, recuerden que el Centro de Interpretación de Petroglifos de Mogor está abierto. ¿Quién podría negarse a un plan que incluya turismo, historia y un poco de playa? La brisa marina sí que es mano de santo contra el estrés y la carga de la rutina. Así que, ya saben, hagan como mi querido Xosé Leal y consuman toda la cultura que puedan, pero tómense también un respiro y metan los pies en la arena de alguna de las playas de Marín. Si después de todo ello no vuelven con las pilas cargadas al trabajo. ¡Mal asunto!

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