De 50 en 50 kilos. Los dos furtivos que investiga la Policía Autonómica de Pontevedra persisten en su intención de expoliar la ría de marisco y, lejos de deponer su actitud, reinciden siempre que tienen la oportunidad. La última fechoría en la que han sido identificados sucedió el miércoles de la semana pasada, cuando fueron pescados por los agentes en la avenida de Marín, a la altura de la factoría de Ence, cuando acababan de recoger 56 kilos de molusco en la zona de competencia de la Cofradía de San Andrés de Lourizán. Los sospechosos no tuvieron una mejor idea que arrojar la carga y el capacho al agua, en el hueco que queda debajo de la pasarela de madera habilitada para los mariscadores en el citado entorno.
Los miembros de la unidad de la Policía Autonómica pudieron recuperar la almeja y se la entregaron a los integrantes del equipo de guardapescas de la citada Cofradía de San Andrés de Lourizán, con el fin de que sus legítimos propietarios la recuperasen.
La Policía no tuvo dudas acerca de las intenciones de los investigados, pues su última aparición en circunstancias similares era aún muy reciente. Sucedió en el muelle de As Corvaceiras durante el mes de agosto, cuando fueron interceptados no solo con otros 53 kilos de almeja, sino con una lancha neumática con su motor fueraborda, además de un traje de neopreno y un equipo de respiración, todo ello para acometer la extracción ilegal del marisco a sus anchas. Aunque las autoridades intervinieron aquellos efectos, los investigados mantuvieron su actividad ilícita.
Fruto de ello, y en vista de que carecen de permiso y que son reincidentes en el furtivismo, se enfrentan a un proceso penal por un supuesto delito contra la flora y la fauna.
