Tiene cierto parecido con los rapes y su cola recuerda a la de una sirena, aunque su aspecto apunta más hacia lo monstruoso. Y es negro, muy oscuro, con ojos diminutos pues seguramente de poco le servirán en las profundidades donde vive. Hablamos del raro ejemplar de pez que descargó en Celeiro el volantero Beti Maurixio, que tiene en este puerto habitual recalada para vender sus capturas de merluza y otras especies.
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El ceratias holboelli que capturó el Beti Maurixio. D.V.
El Ceratias holboelli llamó la atención en la lonja de Puerto de Celeiro, donde fue examinado por un biólogo pues no es muy habitual verlo fuera de su inframundo. Al responsable de cajas de la entidad, José Manuel Míguez, no solo le sorprendió su rugosa piel negra y el considerable tamaño y forma de las aletas, también el apéndice que usa este pez para pescar, pues atrae a sus presas con ese espolón que, además, es luminiscente.
Donde vive, entre 150 metros y 3.400 metros de profundidad en océanos como el Atlántico o el Pacífico, hay poca luz, los ojos los tiene diminutos ya que no le deben servir de mucha ayuda.
Hace tres años el diario La Vanguardia se hacía eco de su rareza, aludiendo al último capturado en la Península, "en la ría de Cedeira". Y destacaba, al igual que otras referencias científicas que pueden leerse en internet, su marcado dimorfismo sexual y forma de reproducirse. La hembra, como sería el caso del ejemplar llegado a Celeiro, es grande. El macho suele adherirse a ella de forma parasitaria para reproducirse y suele depende de ella, incluso a nivel sanguíneo, para poder sobrevivir, volviéndose diminuto.
