Opinión

Terrazas

LA CALEFACCIÓN en terrazas, espacios abiertos de bares y cafeterías, más que aportar confortabilidad (relativa) a clientes, sobre todo fumadores, empieza a ser un quebradero de cabeza para los dueños de los locales ante la posibilidad real de su exclusión por sus efectos contaminantes. En Francia, por ejemplo, ya no está permitido en varias ciudades, y en España, el reglamento de instalaciones térmicas en edificios, en lo referido a climatización en espacios abiertos, establece que solo podrá realizarse mediante la utilización de energías renovables o residuales. "No podrá utilizarse energía convencional para la generación de calor y frío destinado a la climatización de estos espacios", se indica.

Actualmente el sistema está habitualmente alimentado con butano, lo que produce un impacto ambiental nada despreciable, sin que ello quiera decir que no existan emanaciones de mayor calado de los que nadie se preocupa. Como es un querer y no poder, una sensación improductiva, lo mismo que si se abren las ventanas con los radiadores a tope, habría que sopesar si son o no factibles los calefactores contaminantes, si es que puede adaptárseles para reducir sus emisiones, o si por el contrario hay que sustituirlos por energías alternativas, como pueden ser la eléctrica y la solar.

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