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Tierra

Campelo era, hasta hace poco, un pequeño pueblo de Poio
DAVID Presentacion del Entroido 2020. Sala de prensa del Concello., viernes, 7 feb · 11:30–11:30
photo_camera Kiko da Silva diseñó el cartel del Entroido pontevedrés. DAVID FREIRE

Lunes

Hace algunos años, en la presentación de uno de los números de la revista Jot Down en Madrid, me preguntaron por Kiko da Silva. Aquello fue toda una sorpresa, acostumbrado como estoy a que la gente suela interesarse casi exclusivamente por si llevo encima algo de cocaína en cuanto confieso que soy de Pontevedra más allá del Padornelo. Con esto quiero decir que el prestigio del dibujante está fuera de toda duda y, por lo tanto, no debería extrañarnos que desde el Concello se soliciten sus servicios de un modo tan recurrente.

Pero sucede, también, que Da Silva es el creador de los cómics electorales del BNG local y aceptó formar parte de las listas del partido al Congreso de los Diputados, lo que enreda un poco más el asunto. Pensar que el Partido Popular no utilizaría esto como arma arrojadiza resulta un tanto ingenuo y, a juzgar por la reacción del dibujante, se podría afirmar que la jugada le ha salido redonda a Domínguez y cía: es la comidilla de la semana en Pontevedra, aunque todavía estemos a lunes, y amenaza con tener más recorrido que aquellas polémicas de las ratas, la basura o la cabezada de Lores... Si es que Kiko Da Silva se empeña.

Martes

Manel Estiarte, que algo sabe de planificación y deporte profesional, me dijo una vez que cualquier dirigente que cesa a su entrenador en mitad del curso debería estar dispuesto a irse con él. Lupe Murillo va por el segundo esta temporada pero, por lo que sea, no me la imagino siguiendo el consejo del abanderado olímpico en Sidney 2000 y asumiendo su cuota de responsabilidad. Me cuentan, además, que Carlos Pouso fue cesado de su cargo en las oficinas de Pescamar y no en las del club, lo que tendría cierta lógica si nos ceñimos estrictamente a los hechos: en realidad no lo echan, simplemente lo meten en conserva.

Miércoles

"Sí, ya sé que el mundo seguirá girando cuando ya no quede nada y nosotros vaguemos por la historia como simples hombres solitarios. Reyes que perdieron todo, todo lo que tanto amaban por quererlo demasiado". (Tierra, Xoel López)

Jueves

Escucho la entrevista de mi idolatrada Susana Pedreira a Carmela Silva y no puedo evitar una carcajada cuando la presidenta de la Diputación asegura que Campelo parece Manhattan: ya le gustaría a Manhattan. Lo cierto es que, bromas aparte, Campelo era, hasta hace poco, un pequeño pueblo del Concello de Poio sin aceras en el que ir al médico, o a por el pan, se convertía en un deporte de riesgo para el peatón sin que ninguna administración hiciese nada para remediarlo. "¿Cómo no vamos a ser combativos los de Campelo, si nos criamos esquivando a la muerte cada día?", suele decir un buen amigo mío. Que en el año 2020 se puedan sacar réditos políticos dotando de aceras a un pueblo situado a tres kilómetros de la capital de provincia, no es tanto mérito de los actuales responsables de la Diputación como de sus antecesores: no era fácil ausentarse tanto tiempo de un territorio y, por lo que sea, en Campelo lo lograron.

Viernes

Como cabría esperar, el disfraz que me he comprado en Amazon no es exactamente lo que parecía así que tocará tirar de imaginación un año más, como si confeccionar se el atavío propio formara parte de la tradición más enraizada de mi carnaval. De niño fui un firme adepto a la religión de los choqueiros, una costumbre que se ha perdido casi del todo, al menos en Campelo. Nos vestíamos con las ropas viejas de nuestras abuelas y abuelos, nos poníamos una careta de cartón y desfilábamos casa por casa pidiendo "un pataquiño". Ahí fue donde empecé a comprobar que me estaba convirtiendo en un pequeño hijo de puta: si no me daban nada, descubría mi identidad. Eran pocos los que se resistían a ser generosos con el nieto de Otilio, con el dueño del bar, lo que me recuerda una de esas leyes insondables que siempre me gusta cumplir: haz feliz a tu camarero, a la larga siempre compensa.

Sábado

"Yo soñaba cada día, poder alcanzar la playa. Y ahora está tan cerca, casi ya la puedo oler. Y espero cada vez más próximo el final. Ya puedo sentir tierra seca tras la arena mojada... Y no me da la gana de pensar que nada es para siempre". (Más Tierra, más Xoel).

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