Tijeretazo al despilfarro de agua

Playas como Silgar o Montalvo pasaron de rozar los 3.000 metros cúbicos de consumo de agua en los últimos veranos a encabezar el ahorro logrado gracias a la instalación de lavapiés, en sustitución de las tradicionales duchas
Bañistas paseando por Silgar, una de las playas con mayor concentración de usuarios en Sanxenxo. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera Bañistas paseando por Silgar, una de las playas con mayor concentración de usuarios en Sanxenxo. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Hace unos días, el concelleiro responsable del área de Medio Ambiente, el 'popular' Juan Antonio Deza, hacía balance de varios aspectos relacionados con la recién finalizada temporada estival, la primera en la que Sanxenxo prescindió de las duchas de playa. Imágenes tan icónicas de los grifos trabajando a pleno rendimiento, con bañistas haciendo cola pacientemente para poder utilizar estos dispositivos, llegaron a su fin a principios del pasado mes de julio, cuando la Administración local decidió sustituirlos por lavapiés. Deza aseguró la pasada semana que los efectos de esta medida se han hecho notar en el ahorro de agua, fijado en un 43% aproximadamente.

Entre los arenales que más percibieron el cambio se encuentran, precisamente, dos de los favoritos de los bañistas y visitantes que cada verano eligen Sanxenxo para darse un chapuzón. Se trata de Silgar y Montalvo. La caída de consumo en el agua es especialmente notable en ambas playas. Según los datos de los que dispone la empresa responsable de la gestión del abastecimiento, el uso de los seis lavapiés instalados (dos en Montalvo y cuatro en el arenal urbano) ascendió a 2.251 metros cúbicos.

Para hacerse una idea del recorte, basta con comparar esta cantidad con la que se registró en Silgar en 2018, cuando se consumieron 2.903 metros cúbicos del líquido elemento entre los meses de junio y septiembre. En esta ocasión, cayó a 1.915. En el caso de Montalvo, se pasaron de 1.596 metros cúbicos a apenas 336.

Los 17 grifos habilitados en las diferentes playas de la villa confirman esta tendencia. Solo en Bascuas, donde, curiosamente, se repitió el consumo (58 metros cúbicos), no se ha producido una bajada. En Canelas, por ejemplo, se pasaron de 994 a 506 metros cúbicos, mientras que en Baltar los 693 contabilizados durante el verano de 2018 cayeron a un centenar. En la única playa en la que se registró un aumento del consumo fue en A Lanzada, con 1.003 metros cúbicos, por los 989 del año pasado. Los dos grifos de Paxariñas también trabajaron a pleno rendimiento, pero en menor medida que en tiempos pretéritos.

Mientras que en Silgar se despacharon 2.903 metros cúbicos de agua durante el pasado verano, esta vez se quedaron en 1.915

En total, los metros cúbicos consumidos durante esta temporada estival ascendieron a 5.209, una cantidad que se queda muy lejos de los más de 9.200 contabilizados el año pasado. "A medida resultou axeitada", defiende el concelleiro de Medio Ambiente, que explica que, además de conseguir concienciar a los bañistas de hacer un uso más responsable del agua, también se lograron eliminar "verquidos de xabrón que quedaban na area". En este sentido, Deza tiene claro que "aquí temos máis recursos que noutras partes de España, pero o que non imos facer é malgastar a auga".

INVERSIÓN ECONÓMICA

La instalación de los nuevos lavapiés tuvo un coste de algo más de 14.000 euros. En años anteriores, el Concello ya se había planteado tomar medidas para evitar el despilfarro de este recurso natural. En 2012, el Gobierno local llegó a hablar con una firma especializada para pedir presupuesto para la instalación de duchas de pago, fórmula que, finalmente, no se aplicó.

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