Comedores escolares: tres tipos de gestión para un servicio indispensable

La inmensa mayoría de los colegios cuenta con comedor escolar, un apoyo esencial para la conciliación laboral y familiar que centra las preocupaciones de cara a septiembre 
 CEIP Tenorio CERDEDO COTOBADE. JOSÉ LUIZ OUBIÑA
photo_camera CEIP Tenorio CERDEDO COTOBADE. JOSÉ LUIZ OUBIÑA

Son un servicio indispensable y que en un elevado porcentaje de casos inclinan la balanza a un lado u otro a la hora de elegir centro educativo. Los comedores escolares están considerados una herramienta básica de socialización y educación nutricional, pero, sobre todo, solucionan cada vez más el complicado puzzle de conciliación laboral y familiar, sin olvidar que, en algunos casos, ofrecen la única comida equilibrada diaria a sus usuarios.

De ahí la preocupación máxima entre las familias de Pontevedra, Marín y Vigo tras el anuncio de las federaciones de ANPA de Pontevedra y Vigo de que podrían dejar de gestionar sus comedores con las actuales condiciones de la Xunta si no se les ofrece colaboración. ¿Entre todas? No, porque este servicio complementario puede ser gestionado de maneras muy diferentes. Todos los comedores del municipio de Pontevedra, así como los de cinco colegios de Marín, están bajo el paraguas de la Fanpa (que adjudicó el contrato a la empresa Arume), mientras que Foanpas gestiona parte de los de Vigo. Suman unos 3.500 usuarios.

En otros casos son las ANPA, de forma individual, las que ofrecen el servicio en sus colegios, caso de los CEIP de Portonovo o Ponte Caldelas (Cordo Boullosa, cuyo estreno, previsto para el 15 de marzo, no llegó a realizarse) .

La segunda opción es que los gestione la propia Consellería de Educación. En este caso, según datos de la Xefatura Territorial, hay un centenar de comedores en esta situación en la provincia. De ellos, 48 son de gestión directa, es decir, que cuentan con cocina y personal propios. Es el caso de los CEIP de Cercedo, Carballedo y Tenorio (Cerdedo-Cotobade), de A Lama y del CPI Domingo Fontán (Portas). Otros 52 son de gestión indirecta, donde una empresa de catering sirve la comida, como en el CEIP Montemogos (Beluso, Bueu) o en los CPI Alfonso VII y CEIP San Clemente (Caldas).

La tercera opción en centros sostenidos con fondos públicos es la de los colegios concertados, que gestionan el servicio a su conveniencia, generalmente a través de una empresa contratada. La diferencia también se nota en el precio.


CEIP A Carballeira (Lourizán, Pontevedra) gestionado por la FANPA

"Habrá que ver si un turno es suficiente o no"

Después de varios años ubicado en un aula del centro, el CEIP A Carballeira logró trasladar el comedor, gestionado por la Fanpa, a un módulo prefabricado instalado por la Xefatura Territorial de Educación en el recinto del colegio. La polémica surgió por que la Federación exigió a la Administración garantías jurídicas de que la infraestructura estaba en condiciones de ser utilizada. Según explicó viernes la directora del colegio, María Gómez, justo antes del confinamiento se había llegado a este acuerdo.

Con la ayuda de las familias "trasladamos todo para aquí" en las últimas semanas, ya que la empresa adjudicataria del servicio, Arume, "estaba con un ERTE". La Consellería "nos dio todo el mobiliario nuevo, que está sin estrenar. Teníamos una necesidad imperiosa". Si antes ganar espacio en el centro era "necesario", ahora "lo es mucho más. Ya tenemos las tres aulas de Infantil". El nuevo comedor reúne todos los requisitos para funcionar. "Tenemos unos 30 usuarios habituales. Ahora quien lleva la gestión del servicio tiene que comprobar cuantos niños caben manteniendo el metro y medio de distancia, si es necesario hacer uno o más turnos... Tanto el comedor como el Plan Madruga son servicios imprescindibles, nos dieron la vida, y sé que hay familias muy disgustadas por esta incertidumbre. Todos tenemos que aportar".


CEIP de Tenorio (Cerdedo-Cotobade) gestión directa de la Consellería de Educación

"Sairán antes da clase e teremos tres quendas"

El del CEIP de Tenorio es el típico caso de colegio rural cuyo comedor es gestionado directamente por la Consellería. Cuenta con cocina propia y profesionales en los fogones, con plaza en propiedad, mientras que de las tareas de monitoraje se encarga un grupo de madres voluntarias que van rotando cada curso y son elegidas por el Consello Escolar. "Sae unha convocatoria e temos que elixir nove: seis para Infantil e Primaria e tres para Secundaria. Son voluntarias, reciben unha achega da Xunta e tamén comen aquí". El comedor da servicio tanto al alumnado del propio centro como al del IES de Tenorio, situado a escasos metros. "Temos dúas quendas: Infantil e Primaria e despois os de Secundaria", explica la directora, Beatriz Blanco. En total, 230 usuarios.

De cara a septiembre, la intención es organizarlos en tres turnos: dos de Infantil y Primaria (el primero para los pequeños y hasta 4º de Primaria), marcando la separación oportuna señalizando las sillas y organizando itinerarios; el segundo para los de 5º y 6º y la avanzadilla del instituto y el tercero para los demás de ESO. "Imos facer grupos burbulla, sentados por mesas e pediremos autorización para quitar media hora de clase para organizar horarios". También se intensificarán las tareas de limpieza. Blanco subraya la constante participación de familias y docentes en la buena marcha del centro.


Doroteas (Pontevedra) gestionado por el propio centro, de titularidad privada sostenido con fondos públicos (concertado)

"Se a demanda fora maior, usaremos a aula de Música"

​Aunque no está listo para la foto, el comedor del CPR Doroteas, un colegio concertado de Pontevedra, cuenta sobre el papel con un protocolo previsto para volver a funcionar en septiembre adaptándose al protocolo de la covid-19.

En este caso, según explica el director del centro, Francisco Balado, el servicio está contratado con la empresa Scolarest, que se encarga también, por ejemplo, del comedor del Sagrado Corazón. "Tiñamos tres quendas cíclicas: a de Infantil, a de Primaria, que se solapaban nalgún momento, e máis tarde chegaban os de Secundaria. Agora seguirán sendo tres, pero totalmente estancas, non van coincidir para nada". También se acogerán a la posibilidad de flexibilizar la última hora de clase para que los más pequeños empiecen a comer antes. Del millar de estudiantes del colegio, el curso pasado apenas utilizaba el comedor un 11%, la mayoría de Infantil y Primaria. "Este ano a cifra vai á baixa".

De los 60 usuarios en cada turno, aproximadamente, "aplicando o protocolo, serán 45 de Infantil, 55 de Primaria e uns 18 de Secundaria". En todo caso, apunta, si la demanda fuera mayor -las solicitudes se formalizan en septiembre, aunque ya recibieron consultas tras el revuelo suscitado por las noticias de los centros públicos- hay un plan B: utilizar la gran aula de Música anexa. "Moita matrícula neste centro faise por este servizo e témolo que ofertar, cumprindo o protocolo e co apoio da empresa, que tamén ten o seu propio protocolo a nivel nacional". Además de los monitores de Scolarest, un docente del colegio asume la coordinación. "E o administrador está pendente".

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