Los transportistas no echan el freno en la crisis de la Covid-19

Los camioneros continúan en ruta para prestar un servicio esencial
Camiones circulando por la autopista AP-9. DAVID FREIRE
photo_camera Camiones circulando por la autopista AP-9. DAVID FREIRE

Forman un ejército. Los profesionales de la carretera desarrollan una labor que resulta de vital importancia en la crisis del coronavirus, en la que están realizando un sobre esfuerzo para el suministro de productos alimenticios. De hecho, en base a la estadística que maneja la plataforma logística online Ontruck, desde que entraron en vigor las medidas de prevención derivadas del estado de alarma sanitaria, el transporte de mercancías de primera necesidad se ha multiplicado por tres.

Según los datos de la Federación Nacional de Asociación de Transporte Española, en nuestro país la gran mayoría de las mercancías, el 85%, se trasladan por carretera. De este trabajo se encargan camioneros que con su labor pretenden disimular el estado de anormalidad que ha causado la pandemia a nivel mundial.

Los profesionales del volante no están teniendo fácil realizar su trabajo en la actual situación de alarma sanitaria. Un ejemplo es José López, un camionero pontevedrés que desde que se declaró el estado de alarma evitó efectuar transportes fuera de nuestras fronteras. "Me ofrecieron ir a Francia e Italia pero de momento lo he descartado. Es más seguro desplazarme por España", subraya. El transportista autónomo considera que además de adoptar todas las medidas de precaución posibles para prevenir contagios, "hay que tener suerte" porque su profesión le obliga a tener que utilizar diez pares de guantes al día y realizar continuas salidas y entradas en el camión. "Por mucho cuidado que se tenga hay que tener suerte para no infectarse", apostilla.

Además, con la actual pandemia de Covid-19 los camioneros se están encontrando con dificultades para poder encontrar alojamiento y comer cuando están en ruta. A pesar de que la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) ha elaborado una guía con los lugares donde los transportistas pueden encontrar comida, aseo o sitio para descansar, la realidad es que las opciones con las que cuentan resultan "insuficientes", en opinión de José López. Además, recuerda que durante el estado de alarma sanitaria, los transportistas no están obligados a cumplir las normas de tiempos de conducción y de descanso –según una resolución emitida por la Dirección General de Transporte Terrestre el pasado 16 de marzo–, lo que implica que se puede conducir más de 10 horas diarias y que el conductor puede eludir el descanso semanal mientras esté en vigor el estado de alarma.

Arturo García, propietario de la empresa Arturo García e Hijos, teme que el trabajo que están desarrollando en el transporte de madera pueda ser "pan para hoy y hambre para mañana" porque "llegará un momento en el que lo que está funcionando hoy se verá superado por otras prioridades que no sea el uso del papel. Estoy convencido de que a la larga el sector forestal se va a resentir", sentencia el empresario.


JOSÉ LÓPEZ. CAMIONERO AUTÓNOMO

"Llevo en el camión comida congelada y un microondas"

José López - TransportistasCargaba el lunes su camión en Buñuel (Navarra) con hojalata utilizada en la construcción de botes de conserva para Finsa (Ribeira). José López acumula 37 años de experiencia como transportista. En la actualidad es uno de los 14 socios de la Cooperativa Ribatrans de Marín.

Antes de la declaración del estado de alarma por coronavirus José recorría cada mes 12.000 kilómetros con su camión. En marzo, con el bajón de trabajo ocasionado por la pandemia (sobre todo en el sector de la automoción), realizó 8.500 kilómetros y terminará abril con apenas 6.000.

"Estamos un poco mejor que al principio del estado de alarma, pero seguimos estando mal. Hay lugares en los que aún no nos dejan ir al baño, sobre todo las gasolineras de Repsol, entre ellas la que se encuentra en la AP-9 A Coruña-Vigo, que instaló un baño portatil fuera para que no entremos en el local".

Entre los "muchos gestos de solidaridad" que están recibiendo los profesionales de la carretera José cita a Supermercados Froiz que, precisa, "nos da una bolsa con un sandwich y un zumo".

"En la lista de más de un centenar de hoteles de toda España en los que nos podemos alojar solo podemos acceder a tres. ¿Cómo es posible que nos ofrezcan el Galicia Palace, situado en plena ciudad? ¿Dónde aparcamos el camión?", señala. Además, José precisa que "hay un hotel de Puebla de Sanabria, otro en Vitoria y otro en la Nacional 2 entre Zaragoza y Madrid en los que pueden aparcar los camiones. El resto de los hoteles están en el interior de las ciudades".

El camionero asegura que tiene que dormir en su vehículo porque, al igual que sus colegas transportistas, está teniendo problemas para encontrar un lugar en el que ducharse. Dice que lo mismo le ocurre a la hora de comer o cenar. "Llevo microondas y productos congelados que como en el camión, sobreviviendo cómo puedo", sentencia José.


ALFONSO LORENZO. CHÓFER DE MONBÚS

"Nunca antes había limpiado tanto un autobús"

Alfonso Lorenzo - TransportistasTiene 40 años y desde hace 14 trabaja como chófer de autobús en la empresa Monbús. Alfonso Lorenzo, que se ocupa del transporte de viajeros de la línea Pontevedra-Marín y Marín-Hospital Montecelo, nunca había vivido antes una situación como la ocasionada por el coronavirus. Tiene dos hijos, uno de cuatro años y una niña de diez, a quienes estar confinados se les está haciendo muy cuesta arriba. "Sobre todo el pequeño está muy eléctrico a las nueve de la noche porque al no poder salir no gasta energía", explica.

Alfonso se da una ducha y se cambia de ropa cuando acaba de trabajar. Lo hace para prevenir contagios, antes de permitir a sus hijos que se le acerquen a darle un abrazo.

La mayoría de los viajeros que a las 7.00 y a las 15.00 horas suben al autobús conducido por Alfonso es personal sanitario de Montecelo.

"Se nota más movimiento en los horarios de entrada y salida de los turnos de trabajo, pero no pasa de una docena las personas personas que van en cada viaje, cuando el límite máximo es de 18, pero nunca hemos llegado a esa cifra".

"No tengo ningún miedo a realizar este servicio –comenta Alfonso– porque estoy protegido y usando el material de prevención que me proporciona la empresa", aclara. "La empresa nos está facilitando guantes, mascarillas y productos desinfectantes, además de la instalación de una mampara en el autobús".

"Desinfectamos los vehículos con mucha frecuencia. Nunca antes había limpiado tanto el autobús como lo estoy haciendo desde que surgió la pandemia de la Covid-19", subraya el chófer.

"Solo un porcentaje muy bajo de personas tienen miedo a usar el transporte público. Suele haber alguna persona mayor que desde fuera ve cuánta gente va en el autobús y siempre suele acabar subiendo porque no van muchos viajeros", sentencia Alfonso.


ARTURO GARCÍA. EMPRESARIO TRANSPORTISTA

"Alquilamos un piso donde se duchan nuestros camioneros"

Arturo García - TransportistasArturo García Outeda dirige la empresa de transportes Arturo García e Hijos, que cuenta con una flota de 12 camiones que realizan rutas por Galicia y el Norte de Portugal. Ha dejado de conducir desde hace dos años. Solo lo hace ocasionalmente para cubrir alguna baja o cuando tiene que desplazar los equipos médicos del Sergas a los hospitales comarcales de Galicia (mueve tres vehículos destinados a la realización de resonancias nucleares móviles que en el actual estado de alarma permanecen estacionadas. "Vamos a empezar a funcionar dentro de muy poco tiempo", anuncia el empresario.

Una parte importante de la actividad que desarrollan los vehículos de Arturo García e Hijos está centrada en Ence, con casi un 80% de su volumen de trabajo, por lo que la empresa de transportes apenas ha notado los efectos económicos de la crisis sanitaria.

Respecto a las rutas nacionales, la situación en la que se encuentran los transportistas no es la ideal. "Estamos trabajando con muchas limitaciones porque casi no hay sitios en los que los camioneros puedan comer y ducharse. Hemos tenido que buscarnos la vida para encontrar un piso franco en O Porriño para que nuestros camioneros se puedan duchar", explica Arturo.

"La pandemia afectó muchísimo porque los primeros días las industrias estuvieron cerradas a cal y canto. Procuré no sacar mucho a dos de mis camioneros que realizan rutas nacionales por precaución y porque no hay medios para poder trabajar decentemente".

En cuanto a la adopción de medidas de protección, la empresa Arturo García e Hijos fue previsora. "Nos anticipamos a lo que se iba a necesitar y desde un primer momento fuimos adquiriendo mascarillas a un precio que nos resultó bastante caro". Luego recibió en dos ocasiones mascarillas del Gobierno, las últimas a través del Ministerio de Fomento (cuatro por vehículo).