Vacunación en Galicia: el avance de la covid se nota más en la segunda dosis

El fármaco comenzará a hacer efecto cuando nos encontramos al borde del colapso sanitario
Un hombre se vacuna en Galicia. LAVANDEIRA JR. (Efe)
photo_camera Un hombre se vacuna en Galicia. LAVANDEIRA JR. (Efe)

Su móvil echa humo. A sus 31 años, Susana Mirás, una enfermera "normal y corriente", coordina la campaña de vacunación contra la covid-19 en el área de Santiago. "Lo importante es que va saliendo bien", dice, preocupada, con todo, por los efectos de la tercera ola de la pandemia.

Ella es una suerte de intermediaria entre la dirección de Enfermería del hospital y el equipo de voluntarios conformado por trece mujeres y tres hombres, que se organiza por parejas.

Han tenido que suspender en el centro sociosanitario de Ribeira (A Coruña) por la presencia de un brote. Esto es lo que más los desanima.

"Se nos está complicando la vacunación por la expansión de la tercera ola. No tiene nada que ver la situación cuando empezamos a vacunar con la de ahora, con la de empezar a administrar la segunda dosis", dice Mirás a Efe.

Pero, ante escenarios que directamente desaconsejan la inyección complementaria o la imposibilitan, deben reaccionar con paciencia.

Susana Mirás lo tiene claro: "Yo creo que hay que quedarse con que en general todo avanza adecuadamente. El miércoles pasado te diría que estoy un poco saturada. Hoy muchísimo mejor. Hay días", resume.

Las dosis, y eso le tranquiliza, están "bien organizadas" y "todas súper garantizadas". Por el momento, no han notado cuello de botella alguno, pese al aviso de Pfizer de que minoraría los envíos a Europa.

La receptividad que observan tanto en la población más vulnerable, usuarios y trabajadores de residencias de mayores, como en el personal sanitario, en este caso por lógica, es altamente elevada.

Hay "un porcentaje muy alto de aceptación", dice Mirás, y los residentes, además, animan a "pincharse" a toda la ciudadanía, al defender que es un paso de gigante para dejar atrás una enfermedad que ha provocado una crisis sanitaria sin precedentes cercanos. 
Ha empezado también la administración del fármaco de "Moderna".

A los mayores les da igual uno que otro, comenta Susana. "Solamente quieren que les haga efecto ya, sacar la mascarilla cuanto antes y poder hacer una vida normal. Cuando se les dice que hay que esperar, sí se quedan un poco chafados".

Los profesionales también han de aguardar, para ver los efectos de esa inmunización. "Todos ansiamos esa normalización, por nuestra salud mental y física", espeta Susana.

Ella trabaja en el despacho que le han habilitado, donde hace la labor "de oficina", y sigue currando al llegar a casa. Hurtarle horas al sueño no le importa lo más mínimo. Es lo que toca. Se habla mucho de cadenas de frío, jeringuillas, émbolos... pero hay que resolver muchas otras cuestiones.

El objetivo de la Xunta es que en la segunda quincena del mes de febrero estén administradas las dos dosis a los grupos de población prioritarios, es decir, a los mayores y profesionales de residencias y, además, al personal sanitario de la primera línea, cumpliendo así los objetivos fijados.

El próximo paso, en el que ya trabajan, sería el de la vacunación del resto del personal que trabaja en los centros hospitalarios, así como de diferentes profesionales del ámbito sociosanitario, y también los grandes dependientes.

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