Los puntos de distribución de heroína entre los consumidores finales en la provincia de Pontevedra son distintos en las distintas poblaciones. Así, si en la capital el poblado chabolista de O Vao sigue siendo el punto de venta por excelencia, en el área metropolitana de Vigo el caballo se vende en multitud de pequeños emplazamientos, llamados narcopisos, a los que acuden los drogodependientes para adquirir sus dosis.
En O Vao, las personas que se encargan de la venta de la heroína son bien conocidas por las autoridades. Muchas de ellas han sido detenidas, juzgadas y condenadas, y esconden las sustancias en galpones de familiares e incluso enterradas en el monte para mantenerlas fuera de la alcance de las autoridades. El núcleo de infraviviendas del Concello de Poio abastece a los consumidores de Pontevedra, pero también a personas procedentes de otros puntos de Galicia.
En Vigo, la gran dispersión de los vendedores supone un problema para los agentes de la Brigada de Tráfico Medio de Estupefacientes que les siguen la pista. Si en la ciudad del Lérez el trapicheo de heroína está localizado en más de un 90 por ciento en O Vao, en la villa más poblada de Galicia se reparte por todos los barrios.
Este modelo más diversificado dificulta hasta el extremo las investigaciones y la detención de sus responsables.