Los vendedores ambulantes siguen luchando para mantener la actividad en tiempos de covid, aunque denuncian que se están encontrando, en muchas ocasiones, con la falta de apoyo de las administraciones públicas.
Es lo que está sucediendo en Marín, donde el gobierno local "négase" a habilitar un espacio extra para garantizar que todos los profesionales del sector puedan acudir al mercadillo que se celebra en el municipio cada jueves. Según afirma la presidenta de la Asociación Galega de Ambulantes Autónomos (AGAA), Margarita González, el concello marinense está "encaixado no non", lo que implica que "40 familias queden sen poder gañar o día".
El problema reside en las restricciones vigentes en Marín a causa de la crisis del covid. Una de las medidas limita la presencia de vendedores en este tipo de mercadillos al 50%, si bien deja como alternativa la ampliación del espacio para que todos los profesionales puedan desarrollar su actividad. "Nós ofrecemos a posiblidade de habilitar diferentes espazos, como por exemplo o aparcamento do Porto de Marín, a Alameda –onde o comercio local fai a feira de oportunidades– ou ampliar a rúa a continuación dos postos ambulantes de alimentación que habitualmente se instalan a preto da Praza de Abastos", asegura Margarita González.
Además, la presidenta de AGAA expresa su malestar por la inacción de los políticos ante la situación del sector: "Eles cobran o seu salario do Concello todos os meses para buscar solucións aos problemas locais. A nós limítannos o dereito ao traballo".
Por todo ello, anima al gobierno marinense a "atopar unha solución coherente para que todos os vendedores do mercado dos xoves poidamos traballar". "Só pedimos o mesmo trato que o comercio sedentario, porque nós tamén temos que pagar os impostos correspondentes e para iso temos que facturar", afirma.
A modo de protesta, los vendedores ambulantes están barajando la posibilidad de movilizarse este jueves "en defensa dos nosos dereitos laborais".
