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Viejos retos para el nuevo responsable de Turismo

El gas fétido podría haber sido producido por microbios suspendidos en las nubes del planeta

LA MÍNIMA remodelación que Alberto Núñez Feijóo ha realizado en su Gobierno apenas ha deparado sorpresas. La que más me ha llamado la atención, quizá por aquello de que a uno le atañe de forma directa, es la asignación a la Vicepresidencia de las competencias de Turismo. Por un lado me sorprende el hecho de que una figura como la del vicepresidente, que también asume las responsabilidades de Presidencia y Justicia, se haga cargo de un área que no debería resultar menor para Galicia como es la del turismo. Por otra, quiero entender que nuestro presidente entiende y asume la trascendencia del sector turístico y es por ello que coloca sus competencias en manos de una persona de su absoluta confianza.

Sea como fuere, no tengo razones objetivas  para emitir ningún tipo de juicio de valor al respecto por lo que prudentemente esperaré a ver como se desarrollan los acontecimientos para valorar la oportunidad del cambio.

Eso sí, provecho la ocasión y el hecho de que estemos ya a punto de concluir la temporada turística más complicada de nuestra historia para hacer recapitulación de algunas de las cuestiones que el nuevo conselleiro de Turismo creo que debería tener en cuenta.

La primera de ellas es que una zona tan privilegiada como las Rías Baixas no puede seguir siendo el destino turístico más barato de Europa. No es cuestión de si nos llegan un millón de turistas dos millones o cinco, sino de que los que lleguen, en la cantidad que sea, ayuden a mejorar la renta de las empresas del sector. Y para eso necesitamos variar el modelo. Es imperativo 'sofisticar' el destino y hacerlo sin perder de vista la tradición ni nuestra esencia, porque eso es, precisamente, lo que nos permitirá ponerlo en valor como corresponde.

No menos urgente es ordenar la desfeita urbanística de nuestras zonas turísticas- el mobiliario urbano en nuestro país vecino es uniforme y firmado por un diseñador de autor- homogeneizar el tipo de construcciones, propiciar la recuperación de nuestra arquitectura tradicional y, por supuesto, eliminar el feísmo. Claro que para eso las primeras que deberían dar ejemplo son las Administraciones “todas”, esmerándose en el cuidado del medio ambiente y en la limpieza de los espacios públicos que a día de hoy, por desgracia, dejan mucho que desear. Solo hay que dar un paseo por el rural gallego y ver el

Lixo en nuestros entornos y cunetas. Señaletica/ vallas / marquesinas/ rotondas de césped artificial ...Un horror

La profesionalización del sector es otra de las tareas pendientes. Y en este sentido, insisto en una idea que ya he trasladado otras veces desde esta misma sección, que es la de la eliminación de la oferta pública de alojamientos, principalmente de los albergues. Ningún otro destino de peregrinación del mundo tiene una red de albergues públicos ejerciendo una clara competencia desleal con respecto a la oferta privada.

Otra de las cuestiones que deberían ser abordadas con prontitud es la modificación del sistema aeroportuario de Galicia. Dejémonos de estúpidos e inútiles localismos y convirtamos a Santiago en el gran aeropuerto internacional de nuestra comunidad, el que nos conecte directamente con el mundo, el que posibilite que las grandes operadoras incluyan a Galicia entre sus destinos preferentes. Vigo y A Coruña vuelos domésticos.

Ello, por supuesto, debería llegar acompañado de otras mejoras, como que las tan necesarias infraestructuras ferroviarias de alta velocidad lleguen directas a Rías Baixas y las mejoras en las vías de comunicación interprovinciales dentro de la comunidad.

Como ven son muchos los “deberes” a los que se enfrenta el nuevo responsable de Turismo. Mis mejores deseos para que pronto todos estos retos se conviertan en hechos consumados. Sería una gran noticia para Galicia y para todos.

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