Blog | Crónicas y perfiles

Viñas Calvo, 'el maestro ilustrado'

Su trabajo como maestro le permitió dedicarse a escribir, que era lo que más le gustaba, sobre su querida Pontevedra en prosa y en verso en diferentes periódicos y libros que han quedado como su legado
photo_camera Viñas Calvo en 1934. PINTOS/VIDA GALLEGA

"Ojos castaños, profundos, pasionales.../donde brotan amadores los destellos;/aguileña la nariz, rizosos cabellos;/manos finas, expresivas, señoriales... ", así comenzaban unos versos de Fina Herrera dedicados a El poeta Viñas Calvo en 1934 publicados en Vida Gallega.

Cándido Viñas Calvo nació en Pontevedra en 1902. Hijo de José Viñas del Monte, propietario del Hotel Progreso que llegó a ser presidente de la Diputación de Pontevedra, y de Aurita Clavo Rodríguez. Casado en enero de 1936 con Elena Valle del Río, que era sobrina de Don Leandro el párroco de Lérez, y a la que dedicó un poema que termina así: "¡Qué me importa del mundo las riquezas/y sus falsas e insanas alabanzas.../ Yo ansío un hogar modesto, solo,/sin el dolor de la materia ingrata, en un marco de beldad y quietud/ y el amor puro y grande de mi amada". Sobre el matrimonio se celebró "en la intimidad por el luto del contrayente", el viaje de novios fue por diferentes ciudades de España y en 1947 tuvieron su primer hijo La hermana de Cándido fue la conocida pintora Avelina Viñas Calvo.

Viñas Calvo fue un poeta, escritor y un maestro nacional, en la escuela de Magisterio Nacional Primario, muy popular en nuestra ciudad. Pero me voy a centrar en su faceta cultural pública escribió más de diez libros, muchos dedicados a su querida Pontevedra, y que lo llevó a ser nombrado miembro no numerario de la Real Academia Galega.

Sus primeros recitales los dio en Pontevedra a principios de los años treinta y publicó su primer libro Horas huidas en 1934. En Galas y Gozos de Pontevedra escrito en 1945 describe con pasión sobre nuestra ciudad: "Se hizo el mar transparencia,/comba de espejo y de calma,/para mecer en tus ondas/tu belleza y tu prestancia./ Paso a paso va tu río,/no llevan prisa sus aguas,/quiere verter en su regazo/vestido de verde y plata;/ y se desnudó de sombras,/de espumas y de fontanas,/para que en bruñido espejo/contemples tu bella cara./ y todo en ti se enternece,/todos tu beldad realzan:/monasterios y palacios;/valles, tíos, rías y playas".

En Anacos (Humorismo Galego), un divertido libro de relatos cortos de anécdotas, Cándido advierte que no puede afirmar con exactitud si algunas de las que cuenta sobre personas son verídicas, ya que es consciente que el paso del tiempo y el boca a boca han podido transformar la realidad. El libro, publicado por la imprenta pontevedresa Peón en 1950 (imprenta que todavía sigue en activo), tiene como protagonistas, entre otros, a Víctor Cervera Mercadillo, Domingo Torres o Montero Ríos, y está ilustrado por el magnífico dibujante pontevedrés Agustín Portela Paz.

Anacos cuenta la anécdota de Picadillo en Santiago de Compostela que debido a su gordura descomunal deslumbró a una campesina que llamó a gritos a sus compañeras. Como estas tardaban en aparecer Picadillo dijo impaciente: "Teño moita presa. Si non veñen pronto voume". Sobre el bohemio Miguel Simán contaba que con unas tarjetas que le presentaban como Conde de Simanini le comunicó a su jefe en la Delegación de hacienda de Pontevedra, en la que trabajaba, su dimisión. Su jefe, asombrado, se preguntaba si acaso había recibido una herencia o había encontrado un trabajo mejor a lo que Simán respondió: "Mire usted, señor Delegado —replicó Simán con altivez— trabajar treinta días para que el sueldo me dure tres, es negocio que no me interesa"; y dicho y hecho, Simán se fue y no volvió nunca a su puesto de trabajo.

Otra anécdota sucedió en la botica de Don Perfecto, lugar de reuniones y tertulias muy amenas. Como el relato es corto lo reproduzco íntegro: "D. Torcuato Ulloa llegó aquella noche un poco retrasado a la botica de D. Perfecto Feijóo, y como la noticia ya era allí madura se la endosaron de sopetón y cocidita: —¿No sabe usted?: Fulanita (aquí el nombre de una de las señorita más dignas de Pontevedra) está encinta. D. Torcuato, por único comentario, finge un gesto de extrañeza y replica: —Pero ¿otra vez?. Los del chisme se quedaron estupefactos". O la famosa frase de Bugallal, cuando le comunican que durante la elecciones a las que se presentaba estaban repartiendo octavillas en su contra preguntó: "—¿Qué tal vai a votación? —Favorable —respondió el otro. —Pois que chova —se apresuró a responder Bugallal, con el sentido práctico de su larga experiencia política".


Banquete en el Círculo Mercantil en honor al padre de Cándido en 1934. VIDA GALLEGA

En julio de 1945 Cándido recitó diversos poemas de su autoría en la emisora EAJ40 (Radio Pontevedra), y un año después en el mismo medio presentó sus libro Caminando al sol de Galicia: "La emisión, que fue seguida por numeroso auditorio con extraordinaria atención, está mereciendo los más efusivos y cálidos elogios". Publicó en periódicos y revistas como Ciudad, El Compostelano, Sonata Gallega, Finisterre, Litoral, Vida Gallega, El Progreso o el Boletín de Educación. Su primer libro publicado en gallego fue Xoias e coitas da terra orballada en 1972, de noventa páginas con dibujos nuevamente de Agustín Portela.

Cándido Viñas Calvo falleció en Pontevedra en abril de 1978 a los 75 años. Fue un excelente escritor y contador de relatos. Espero que esta pequeña muestra anime a los que no lo han leído todavía a hacerlo ahora y así conocer de primera mano su obra.

Por último agradecer a Juan Antonio Lago Novás el regalo de un ejemplar original de Anacos dedicado a él por Viñas Calvo el 6 de enero de 1952.

Comentarios