La tensión sigue en aumento en Hong Kong, después de que las autoridades locales cancelaran este lunes todos sus vuelos desde las cuatro de la tarde —hora local— ante la ocupación del aeropuerto internacional por parte de más de 5.000 manifestantes, que protestan contra el uso de la fuerza por la Policía durante el pasado fin de semana. Las autoridades esperan reanudar los vuelos este martes.
Por su parte, Pekín juzgó los sucesos del pasado fin de semana con más dureza de la habitual al calificar de "violencia extrema" los "ataques" de manifestantes a comisarías y policías, lo que, según las autoridades, constituye "un serio delito penal y una señal de terrorismo".