La vuelta a Gambia tras un acuerdo "durmiente"

Bruselas retomó el pasado año las conversaciones con el Gobierno gambiano para alcanzar un nuevo acuerdo de pesca ya que el último protocolo que habían firmado data de 1996. A pesar de que la cuota de merluza, pulpo o crustáceos es muy pequeña, algunos buques marinenses podrán faenar de nuevo en este pequeño caladero 

Pesqueros faenando en un caladero africano, en una imagen de archivo. CEDIDA
photo_camera Pesqueros faenando en un caladero africano, en una imagen de archivo. CEDIDA

EL CALADERO de Gambia, territorio próximo y rodeado por Senegal, es uno de los países más pequeños del continente africano con cerca de 35 millas. Lo que en tierra sería algo menos que la distancia que hay entre Marín y Santiago de Compostela. Bruselas retomó el contacto con el país el pasado año tras varias décadas de inestabilidad política. Con la llegada de la democracia, la Unión Europea volvió a llamar a la puerta de su Gobierno para negociar un nuevo tratado pesquero bilateral.

Tras numerosos encuentros para su definición, el documento deberá ser firmado el 3 o el 4 de julio. Una vez esté rubricado, deberá ser publicado en el Boletín Oficial para que se inicie el proceso de solicitud de las licencias.

ACUERDO POSITIVO. El presidente de la Asociación Nacional de Armadores de Buques Congeladores de Cefalopoderos, (Anacef), Francisco Freire, cree que "el acuerdo de la Unión Europeo con Gambia es positivo porque significa más posibilidades de pesca pero hay que valorarlo en su justa medida".

El convenio recoge que durante el primer trimestre entren a faenar en sus aguas tres barcos arrastreros, de los cuales dos serán españoles y uno griego. "Actualmente estamos sin caladeros. Como no tenemos nada, aunque solo sean dos buques, es una buena noticia", concretó.

El representante de los armadores de cefalopoderos congeladores recuerda que continúan esperando a que Guinea Bissau fije una fecha para que entre en vigor su acuerdo con la Comunidad Europea, que ya fue ratificado.

"El acuerdo con Gambia es esperado y positivo (...) pero hay que valorarlo su justa medida", pronunció Francisco Freire

"Además, en Mauritania nuestra categoría de congeladores finalizó la cuota de la merluza en marzo y, en Marruecos, el convenio expiró el 14 de junio de 2018. A pesar de que fue muy complicada su tramitación —porque afecta a las aguas del Sáhara— finalmente fue aprobado en Bruselas y estamos esperando a que el reino alauita dé el visto bueno para empezar a pescar", detalló Freire.

LICENCIAS PRIVADAS. Sobre la posibilidad de que sean barcos de Marín los que ocupen las plazas españolas en Gambia, Freire cree que "es probable ya que esas licencias tienen más posibilidades de que se las concedan a los buques que más años llevan faenando en el caladero. Los gallegos somos los que tenemos más antigüedad en sus aguas".

Buques asociados a Anacef frecuentaron durante años el caladero gambiano —como es el caso del Releixo o el Puerto de Loureiro— a través de acuerdos privados entre la empresa armadora española y el Gobierno gambiano.

"En 2014, la Unión Europea se percató de que en 1996 había terminado el tratado pesquero con este territorio. Realmente terminó el protocolo pero el convenio no se había extinguido, lo que se conoce como 'acuerdo durmiente'", explicó Freire.

Por este motivo, los congeladores cefalopoderos que trabajaban en dicho caladero tuvieron que abandonarlo y, desde 2015, ningún barco español volvió a faenar en el territorio.

Por su parte, el presidente de Organización de Productores de Pesca Fresca del Puerto y Ría de Marín, (Opromar), Juan Martín Fragueiro, expuso que "hasta el momento todo lo relacionado a este documento es teórico. El tratado recoge un número límite de límites de capturas. Si en el primer trimestre se pescasen todas las unidades, no podría ir nadie más. Habrá que perfeccionar este punto antes de que se publique".

Sobre los "acuerdos durmientes", Martín Fragueiro concretó que "Los convenios de pesca que tenga la Unión Europea con un tercer país siguen vigentes aunque no exista un protocolo. Un buque con pabellón europeo no puede pescar en ese caladero aunque el acuerdo esté vacío porque los tratados tienen una cláusula de exclusividad".

Entre los armadores también hay voces contrarias a esta firma ya que consideran que la cuota es "escasa" y su valor "desproporcionado". "El sector fue bien desde los años 80 hasta el 2000. Tuvimos un buen secretario de Pesca, José Loira, que se interesó por la flota española pero en la actualidad estamos abandonados", comentó un empresario.

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