Todos los ayuntamientos gallegos se encuentran cerrados perimetralmente para evitar el empeoramiento de la situación epidemiológica del covid-19, una circunstancia que, no obstante, puede vulnerarse por una serie de motivos justificados, entre los que están algunos básicos como la asistencia al trabajo o a centros sanitarios, y otros más específicos, como la caza del lobo y del jabalí.