Inácio prepara el asalto al trono olímpico de las matemáticas

El estudiante de Moraña disputará la fase final después de quedar segundo en Galicia
Inácio Suárez Camiña tiene 17 años. CEDIDA
photo_camera Inácio Suárez Camiña tiene 17 años. CEDIDA

Además de estudiar las asignaturas de segundo de Bachillerato, que cursa en el Instituto Aquis Celenis, de Caldas de Reis, Inácio Suárez Camiña dedica una parte de su tiempo libre a prepara a fondo una asignatura, la de matemáticas. Es una tarea en la que está metido de lleno desde hace algunos meses y que tendrá continuidad, al menos, hasta que finalice el de marzo.

Después llegará la recta final del curso, con el horizonte de la prueba de evaluación y Universidade de Compostela a un paso ya.

Pero antes, los días 31 de marzo y 1 de abril, disputará la final española de la Olimpiada Matemática en una ciudad que, de momento, desconoce cuál es. Quien se encarga de su formación en esta materia es la profesora Marina Germiñas.

Cuenta Inácio que fue ella quien lo animó a participar en la fase autonómica de esta competición del saber matemático, y desde el mes de octubre del año 2021 empezó a trabajar para llegar en las mejores condiciones. También que su primer intención era, simplemente, participar.

Y llegó el día de la prueba, celebrada en Compostela, a la que acudió en el vehículo de su profesora. "Había moita máis xente da que esperaba e sentía que me custaba reaccionar", recuerda Inácio. Eran cuatro los problemas que tenía ante sus ojos para resolver, tantos como horas.

Tiró por el camino más efectivo: afrontar aquellos en los que lo tenía más claro, y en dos horas y cuarenta minutos había resuelto tres de ellos. El cuarto se le hizo cuesta arriba, y ante la duda, optó por el camino más recto y efectivo, dejarlo en blanco y entregar el examen.

Inácio afirma que aquella jornada del 21 de enero en la Facultade de Matemáticas de la Universidade de Compostela resultó agotadora. No había comenzado con el viaje, sino que horas antes habían realizado una sesión de repaso final. Y pasaba de las ocho de la noche cuando concluyó el compromiso.

Inácio comenta que le habría gustado tener la oportunidad de hacer de nuevo el examen, siguiendo una práctica similar a la de los jugadores de ajedrez, que repiten la partida, movimiento a movimiento, cuando finaliza para buscar los que fueron determinantes en el resultado final.

"Non esperaba quedar entre os tres primeiros, pero igual recibir unha mención de honra", expone. Pero lo cierto es que logró el segundo puesto, cuyo valor se multiplica teniendo en cuenta un dato: fueron 98 los participantes. El viaje de vuelta a su casa de Moraña lo hizo en el coche de sus padres: Reis Camiña y Marcos Suárez.

"De aburridas nada", dice en relación con las matemáticas y, como es habitual en aquellos que se sienten atraídos por esta materia, prefiere razonar y entender que memorizar.

En sexto de Educación Primaria comenzó a sentirse atraído por las matemáticas, y señala que también le atrae la física, de ahí que hubiese proyectado un viaje a la Organización Europea para la Investigación Europea, en Suiza. El covid-19 frustó su primer intento, pero irá en cuanto pueda.

Y mientras se prepara para la fase final de la Olimpiada, se acerca el momento de desplazarse a Santiago a estudiar Matemáticas. Lógicamente. Y es posible que también Física.

El perfil. Una vocación que empezó a manifestarse con el cubo de Rubik

Inácio Suárez Camiña nació en Moraña, el día 27 de febrero de 2004, por lo que está en la frontera de la mayoría de edad. Cursó los estudios de Primaria y Secundaria en el Colexio Público Infantil Plurilingüe de la localidad.

También realizó curso de lenguaje musical y acordeón diatónico en la Escola Municipal, formando parte de un grupo, aunque ahora tiene algo abandonada esta disciplina, reconoce.

La lectura, los videojuegos y los juegos de mesa, –especialmente las cartas Magic–, a las que le dedica muchas horas jugando con sus amigos- son sus principales aficiones.

Siempre tuvo ansias de aprender, y en sexto de Primaria puso de relieve su especial interés por las matemáticas, y el descubrimiento llegó a través del cubo de Rubik, que hacía en segundos.

Con el CPI participó en los programas europeos de intercambios Erasmus +, y sus destinos fueron Algarve (Portugal) y Craiova (Rumanía).

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