Desde hace ocho meses está prohibido el acceso a uno de los recursos etnográficos y paisajísticos del municipio de Valga, la Fervenza de Raxoi. La determinación del Concello quedó plasmada con el recurso que se utiliza habitualmente en estos casos, y no es otro que la colocación de unas cintas e plástico con el logotipo de la Policía Local.
Este medida parece lógica cuando se trata de un problema puntual cuya reparación se ejecuta en un plazo corto de tiempo, pero no es el caso. Pasó el verano del año 2020 y también el otoño, una estación en la que este paraje resulta especialmente atractivo, aunque no menos que en el invierno, cuando el agua cae torrencialmente. Y a las puertas de la primavera de 2021, todo sigue igual.
Igual no, peor. Las cintas de la Policía Local están troceadas y esparcidas por varios lugares, el cartel instalado en uno de los dos extremos del recorrido indicando la prohibición está en el suelo, y este lugar sigue siendo visitado, con el peligro que supone.
PODREDUMBRE. Varios tablones de las pasarelas que se descuelgan entre las piedras siguiendo el curso del salto de agua están fuera de su lugar, los postes que sujetan la estructura están caídos en distintos tramos y pueden verse clavos oxidados que sobresalen de algunos maderos podridos.
El paso de los años y la humedad del ambiente provocaron un desgaste que era previsible en el momento en que fue inaugurada esta ruta, acontecimiento que figura reflejado en una placa de bronce fijada a la pared de un molino. Pero desde entonces, las tareas de mantenimiento, si fueron realizadas, no surtieron el efecto que podría esperarse.
El grupo municipal del PSOE tiene claro el diagnóstico: lo que provocó el notable deterioro de la pasarela es la falta de cuidados por parte del Concello. "A situación que nos encontramos non é tranquilizadora", comentaron cuando fue prohibido el paso.
Peligro. Su portavoz, María Fereirós, advirtió de que "poñen en perigo a integridade de toda a instalación", y agregó que "a estrutura de madeira colapsou debido ao gran deterioro que ven sufrindo dende fai anos". La edil denunció entonces que "a falta de mantemento nestes anos é evidente".
Y si no disponer de uno de los recursos que atraen la atención de los visitantes supone ya un perjuicio económico para los vecinos de Valga, la situación de la pasarela es un peligro para quienes se acercan hasta este paraje podría derivar en un accidente de cuyas consecuencias es probable que la Administración local tuviera que hacerse cargo, con su correspondiente desembolso económico.
En agosto del año 2020, el Concello de Valga, que atribuye el estado en el que se encuentra la pasarela a una acción combinada del paso del tiempo y el vandalismo, afirmó que estaba trabajando en un proyecto para reponer la estructura, cuyo paso previo fue la señalización prohibiendo el paso. Y desde entonces, nada nuevo.
