Los vecinos de Portas están llamados a una reunión informativa sobre la limpieza de sus fincas que se celebra este jueves en A Azucreira, y es muy probable que los encargados de facilitársela (la empresa Seaga) tenga que emplearse a fondo porque son numerosas las dudas a despejar.
Una estriba en que buena parte de las notificaciones que recibieron les adjudica propiedades que no le corresponden; otra, porque los nombres que figuran en las mismas no son los utilizados para su denominación por los vecinos. Este desfase posiblemente se derive de haber usado un registro catastral que está desactualizado, donde hay fincas atribuidas a propietarios que hace décadas que viven a miles de kilómetros de Portas, como sucedió en otros concellos.
Un tercer motivo es que en las fincas señaladas no está precisada si es en su totalidad, qué superficie se debe limpiar ni cuál es la situación de la misma, una cuestión muy importante porque repercute directamente en el desembolso económico para pagar el trabajo a la empresa que lo ejecute. Hay casos en los que indica que es media hectárea.
Por otra parte, los escritos que llegaron a los domicilios de los vecinos están redactados en una jerga técnica y administrativa de difícil comprensión para quien no tiene nociones de estos apartados, y lo mismo sucede en la tarea de localizar las propiedades por medio de Internet. Prueba de ello es que más de medio millar figuran oficialmente como de propietarios desconocidos.
Todo ello sucede después de que el Concello de Portas hubiese resuelto dos denuncias en el período comprendido entre junio del año 2021 y el mismo mes de 2022 y en un clima de notable confusión por falta de información, que se multiplica por la premura, ya que cuentan con un plazo de dos semanas para realizar la limpieza y se exponen a multas que oscilan entre 1.000 y 100.000 euros. No obstante, hay constancia de una multa de dos euros, una cantidad inferior a la que supone la notificación para cobrarla.
Por otra parte, llaman la atención sobre la falta de coordinación que se pone de manifiesto, porque este proceso está en marcha en paralelo con las tareas de la concentración parcelaria en Briallos y Romai, que suponen la mitad de la superficie del municipio.
Al Concello, que delegó esta labor en Seaga, le achacan que, lejos de dar ejemplo, no limpia las parcelas de titularidad municipal, pero recurre al convenio entre la Xunta y la Fegamp para instar al vecindario a que lo haga.
