"Siempre estaba con la niña metido en la cama, la tocaba y le daba besos"

La Audiencia acogió este martes un juicio contra un vecino de Moraña acusado de violar a su hija y a su esposa ►El encausado, que negó los hechos, se enfrenta a una posible pena de 27 años de cárcel
El vecino de Moraña acusado de violar a su hija y su esposa, durante el juicio. GONZALO GARCÍA
photo_camera El vecino de Moraña acusado de violar a su hija y su esposa, durante el juicio. GONZALO GARCÍA

Entre sollozos, protegida por un biombo y con grandes dificultades para articular palabra ante la dureza de sus recuerdos. Así testificó este martes en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra la esposa del acusado, al que se atribuyen una multiplicidad de delitos que incluyen agresiones sexuales continuadas a la citada mujer y a la hija de ambos, además de episodios de violencia machista por doquier y mantenidos en el tiempo. Por los hechos, negados en rotundo por el aludido en la sesión plenaria, la fiscalía solicita unas penas que alcanzan los de 27 años de prisión, indemnizaciones aparte, una petición definitiva tras el juicio, que quedó visto para sentencia.

La primera comparecencia fue la del investigado, que negó en todo momento todos y cada uno de los delitos que se le atribuyen. "Mi respeto hacia las personas es sagrado", repitió. "Yo nunca he estado en la cama de mi hija", declaró, en clara contradicción con lo que dirían las víctimas a lo largo de la mañana. Aseguró que su mujer "podía entrar y salir de casa cuando quisiera" y añadió que "nunca había discusiones en mi casa". Negó haber violado a su hija y a su esposa, tal y como defienden la Fiscalía y las acusaciones particulares, y aseguró que el dinero en la casa "lo gobernaba ella" –en alusión a su esposa–. Argumentó que su relación con su entonces pareja y con sus hijos "era buena hasta que dejé de trabajar". A preguntas de su defensa, aseguró que "todo esto viene dado por el tema del dinero, dejé de traer dinero a casa y empezaron los problemas". La familia residía en Moraña, y los hechos que son objeto de discusión se produjeron a lo largo de muchos años y hasta que su hija consiguió denunciarlos después de, presuntamente, sufrir abusos y agresiones durante toda su infancia y gran parte de su adolescencia.

A continuación, la agente judicial colocó un biombo para impedir el contacto visual entre el investigado y sus víctimas, lo que dio paso a la declaración de la esposa del encausado. "Siempre estaba con la niña en la cama, la tocaba y le daba besos", declaró, no sin dificultades, visiblemente emocionaba cuando recordaba distintos episodios.

La esposa del condenado, sobre lo que ocurría en la cama: "Hacía movimientos raros en la cama y al final la niña lloraba"

"Se metía en calzoncillos en la cama de la niña, yo tenía sospechas de que pasaba algo, pero mi cabeza no lo creía", añadió.

La pareja llevaba años durmiendo en camas separadas. "Él me echó, decía que roncaba". Es el único asunto en el que ambos coincidieron, al menos en parte. "Yo le mandaba salir de la cama y él le decía a la niña que yo tenía celos de él", añadió. "Me amenazaba con quitarme a los niños" –tenían cuatro hijos–. "No podías hacer nada en esa casa sin decírselo a él, yo tenía que estar siempre en casa y calladita".

Sobre lo que ocurría en la cama, que ella en ocasiones presenciaba al dormir al lado, dijo que "hacía movimientos raros en la cama y al final la niña lloraba".

La testigo, además de referir violencia psíquica continuada, expuso al menos dos episodios de agresiones sexuales cometidos contra ella en una época en la que ella ya no quería mantenerlas, y expuso que también abusó de su hermana en una época en la que residió en la misma vivienda.

"Los últimos dos años fueron horribles, eran insultos constantes, tanto a mí como a los niños", subrayó la mujer tras el biombo. "Yo dormía con un cuchillo debajo de la almohada, tenía miedo".

A preguntas de una de las acusaciones particulares, la mujer añadió que "me impedía salir a casa de los vecinos, ir con amigas o o a comprar ropa".

Tras el testimonio de la pareja llegó el turno de la principal víctima, que sufrió los abusos de su progenitor "hasta los 16 años", explicó su madre. "Dejó de ir junto a ella". La chica, que intervino a puerta cerrada para preservar su intimidad, mantuvo punto por punto los hechos que describe la Fiscalía.

El resto de testigos corroboraron los delitos que señala el Ministerio Público pontevedrés.

Los delitos. Abusos, violación y violencia machista física y psíquica
Los hechos que se analizaron este martes en la Sección Cuarta de la Audiencia se traducen en una multiplicidad de delitos atribuidos al investigado. En concreto, la Fiscalía Provincial le atribuye un delito continuado de agresión sexual sobre menor de edad con prevalimiento de relación de parentesco, por el que se expone a una pena de quince años de cárcel; un delito de violencia psíquica habitual en el ámbito de la violencia de género, por el que se enfrenta a tres años más de cárcel, y un delito de agresión sexual (cometido contra la que entonces era su esposa), por el que, si resulta condenado, se le impondrán hasta nueve años de prisión más.

Junto a ello, y en concepto de responsabilidad civil, la acusación pública solicita una indemnización de 100.000 euros para su hija y de 20.000 para su esposa, por los daños morales causados.

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