Viaje en el tiempo por el Pazo de Estacas

El palomar, el hórreo, los túneles subterráneos, las caballerizas, la escalera barroca, la chimenea y los castaños y laureles en una finca de dos hectáreas son algunos componentes de la monumental construcción del siglo XVII
La fachada posterior del Pazo de San Fins de Estacas, la chimenea y el palomar. F.S.
photo_camera La fachada posterior del Pazo de San Fins de Estacas, la chimenea y el palomar. F.S.
Habrá conciertos, jornadas gastronómicas dedicadas a la castaña y las setas, presentaciones de libros y ciclos sobre la botánica y la historia, entre otras muchas actividades, en el Pazo de San Fins de Estacas (Cuntis). Los nuevos usos modificarán la percepción y la fisonomía del lugar, y antes de que suceda, quienes quieran conocerlo tendrán la oportunidad en visitas guiadas.

El conjunto evoca antiguas historias medievales de caballeros, señores y el pueblo sojuzgado y destaca por sus dimensiones y austeridad de la construcción. Un espadaña alberga una campana en un portalón coronado por una cruz, el hórreo tiene siete claros, llegó a contar con catorce y se encuentra al lado de la era. El agua brota en una fuente en el corral. El palomar tiene 216 nichos y ocupa una construcción cuadrangular situada en un vértice de la muralla, por lo que pudo ser concebido como una torre de vigilancia.

La arboleda. F.S. - Pazo de San Fins de Estaca (Cuntis)

Despunta la chimenea, de más de tres metros de alto, cuyo peso se asienta sobre unas arcadas que distribuyen la tensión, y un gran balcón en su fachada del naciente, que contrastan con las pequeñas dimensiones de las ventanas en la pared de poniente.

El pazo fue construido en el año 1613 por el hidalgo Don Gabriel Raxoi, cura de Piñeiro y San Fins, mientras que la escalera interior, de estilo barroco, data de 1766, siendo cura Don Juan Ignacio Limeres de al Fuente.

La lareira. F.S. - Pazo de San Fins de Estaca (Cuntis)

Pasadizos y túneles convierten el edificio en un laberinto con apariencia medieval y renacentista y comunican el recinto con O Inferniño, que posiblemente hubiese sido una cárcel, apunta el historiador Héitor Picallo, en cuyos apuntes se basa este reportaje.

Varias puertas tapiadas son la prueba de las reformas realizadas, y llama poderosamente la atención una estancia dotada con varios servicios higiénicos cuya pared está pintada de color rosa.

La habitación rosa. F.S. - Pazo de San Fins de Estaca (Cuntis)

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