Reflejos y determinación son los dos factores que convirtieron en un susto sin mayores consecuencias lo que pudo haber sido una tragedia. La protagonista del mismo fue Luz, la cuidadora de los niños del bus escolar del CPI Aurelio Rey durante el desplazamiento desde sus domicilios hasta el centro cuntiense.
El autobús inició su viaje en Loureiro de Arriba, con dos pasajeros y camino de Loureiro de Abajo, antes de internarse en la N-640. No había recorrido medio kilómetro cuando observó que el conductor perdía el conocimiento y se desvanecía sobre el volante.
El vehículo circulaba a una velocidad muy reducida, sobre un tramo recto caracterizado por una suave pendiente, en cuyos márgenes se extienden los prados, y en uno de ellos acabó el autobús después de que Luz hubiese echado mano al volante. El nivel al que se encuentra es prácticamente el mismo que el de la carretera, y nadie sufrió lesiones. Si acaso, un buen susto los dos alumnos, cuyo viaje continuó en el vehículo de la madre de uno de ellos.
Al lugar acudieron los agentes de la Guardia Civil de Tráfico, efectivos de Protección Civil y personal médico. El conductor no tardó en recobrar el conocimiento y fue llevado en una ambulancia hasta el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago para ser sometido a una revisión. Antes de abandonar el lugar declaró no acordarse de lo sucedido, según indicaron varias personas que se desplazaron hasta Loureiro de Arriba.
El alcalde, Manuel Campos, que también estuvo en el escenario del suceso, dijo que la cuidadora estaba "un pouco nerviosa". El regidor comentó que su decisión impidió que el autobús cogiese velocidad, cosa que hubiera ocurrido de no haber actuado de inmediato.
El vehículo pertenece a la firma La Estradense, una de las cuatro empresas que se encargan del transporte escolar en el municipio de Cuntis. Este accidente, que se produjo poco antes de las 9.00 horas, es el segundo que se registra en un plazo de algo menos de dos años.
El día 20 de febrero de 2018, tres alumnos del mismo centro se llevaron un buen susto, al igual que su cuidadora y la conductora del autobús escolar en el que se encontraban los seis, cuando el vehículo de la firma Monbus, quedó escorado después de que una de sus ruedas se introdujese en un desnivel. Tuvieron que ser evacuados por una ventana. El suceso se registró en el lugar de Zo, en la parroquia de Mesego.