Los concellos del rural agudizan el ingenio para salvar a sus delicadas redes de comercio y hostelería de los efectos del segundo confinamiento del año.
En el caso de Ponte Caldelas, el alcalde, Andrés Díaz, ha decidido repetir la fórmula del anterior cierre y cuenta con envases para llevar que se distribuirán gratis entre todas las empresas de hostelería que vayan a mantener el servicio a domicilio o de comidas por encargo.
Como Ponte Caldelas tiene una población muy dispersa, con 15 parroquias y más de 30 lugares, se ha decidido que sean medios municipales los que hagan el reparto de la comida para llevar, para resolver el problema y gasto que supondría que cada restaurante hiciese uno propio.
Este lunes se realizó la lista de hosteleros interesados en participar.