Al igual que en la primera jornada, la mayor parte de las mariscadoras de Pedra da Oliveira se personó en el camino que da acceso al arenal para manifestar pacíficamente su descontento con la decisión. "Son compañeiras e veciñas, pois algunha dela vive tamén en Vilaboa e elas non teñen a culpa de estar traballando, senón que teñen autorización", afirmó este martes una de las mariscadoras vilaboesas, remarcando su intención de "non ter follón" en la protesta.
También en una reunión celebrada por la mañana, las mariscadoras descontentas pudieron reunirse personalmente con responsables de la Consellería do Mar a las que volvieron a exponer los mismos argumentos que se han puesto sobre la mesa ya en las reuniones anteriores a la concesión del persmiso: O Cunchido es el único espacio que no tuvo una mortandad severa, pero la almeja sigue debilitada por los problemas de salinidad que vivió el fondo de la ría en febrero.
La directora xeral de Desenvolvemento Pesqueiro, Susana Rodríguez, ratificó su decisión y aclaró a las representantes de la confradía de Vilaboa "que o plan conxunto de marisqueo a pé de ambas confrarías se executa conforme está aprobado e atendendo aos criterios biolóxicos".
Rodríguez añadió que la autorización se realizó "unha vez comprobado que o estado biolóxico do recurso é favorable e fixando un tope diario de capturas por persoa que garante a futura explotación sustentable da especie por parte de todos os profesionais".
A su vez, añadió que "se tramitou despois de mediar entre as partes e co obxectivo de buscar unha solución proporcional que atendese os intereses de cada unha das confrarías".
En la jornada del martes se cumplió de nuevo con el cupo de cinco kilos de almeja japónica por mariscadora, y fuentes de Pedra da Oliveira subrayaron que, de momento, se desconoce si la actividad está afectando a la almeja de menor tamaño que hay en la zona, dado que, de momento, los biólogos no han vuelto a bajar a este arenal.
Más de 70 mariscadoras de Arcade y más de 30 de Vilaboa están en situación de cese de actividad, al menos, hasta el mes de septiembre, tras la elevada mortandad que causó el exceso de agua pluvial en la ría. Muchas mariscadoras de Arcade habían estado en un Erte el año pasado por causas vinculadas al coronavirus y once de ellas consumieron en ese periodo todo el paro, de modo, que para que no se queden sin subsidio, se les permite una extracción puntual que termina este miércoles.
