La Justicia y la Guardia Civil ponen freno a las muertes en carretera

La provincia de Pontevedra se está convirtiendo en un modelo en materia de seguridad vial. Atrás quedaron los tiempos en los que era uno de los territorios con más fallecidos en las carreteras. La labor de la Guardia Civil, la concienciación social y la aplicación de medidas judiciales están detrás de un cambio radical en las estadísticas

Un control de alcoholemia realizado por la Guardia Civil. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Un control de alcoholemia realizado por la Guardia Civil. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

TRES VEHÍCULOS decomisados en apenas quince días por orden de la Audiencia Provincial de Pontevedra son una muestra de la mano dura que están mostrando las autoridades judiciales contra las personas que reinciden en los delitos contra la seguridad vial. Este tipo de resoluciones, unidas a los cada vez más habituales ingresos en prisión de conductores manifiestamente temerarios (dos casos muy recientes) se han convertido en un factor determinante para la drástica reducción de los accidentes mortales en las carreteras pontevedresas en los últimos años. El dato conocido este jueves de cero muertes en el primer mes de 2018 se une a tres años consecutivos de reducciones (35 fallecidos en 2015, 28 en 2016 y solo 21 en 2017), para mostrar con claridad un cambio de tendencia: la provincia, que históricamente se caracterizó por ser una de las más peligrosas de España, ha pasado a convertirse en un modelo para el resto del país, algo que ha destacado el propio director general de Tráfico, Gregorio Serrano, en la comparecencia pública en la que hizo balance de la siniestralidad mortal del año 2017. El jefe de la DGT puso a Galicia como ejemplo, pues fue la Comunidad Autónoma en la que más se redujeron los fallecimientos en las vías interurbanas en los últimos doce meses.

ACCIÓN JUDICIAL. La mano dura que están mostrando la Fiscalía, por una parte, y los jueces, por otra, en relación con los conductores reincidentes, está provocando un importante efecto disuasorio para las personas que provocan más accidentes con consecuencias graves. Ejemplo de ello son cuatro sentencias impuestas por diferentes juzgados y que acaban de ser validadas por la Audiencia, con el resultado del ingreso en prisión de una persona de Arbo y del decomiso de un coche en Vilaboa (cuyo conductor también deberá cumplir cárcel) y de sendas motos en Poio y en Vilanova de Arousa.

El primero de los dictámenes, redactado el 27 de noviembre, se produjo tras la interceptación del conductor de un ciclomotor Peugeot en la PO-308, en el término municipal de Poio, que circulaba pese a tener constancia de que había sido privado del permiso en el año 2012. El reincidente, además, carecía de seguro, y había provocado un accidente que había causado daños materiales a un turismo.

La Sección Segunda de la Audiencia comprobó que el investigado tenía hasta cinco sentencias firmes a sus espaldas por hechos similares, lo que les llevó a dictar una pena de seis meses de prisión y el decomiso de la citada motocicleta.

Las carreteras de O Salnés y la que une Vilaboa y Rande son dos de las más vigiladas ante la frecuente presencia de infractores

La Sección Cuarta emitió un dictamen de características muy similares al día siguiente, el 28 de noviembre, que incluyó la aprehensión de un turismo y una pena de cárcel que no será suspendida (salvo que el Supremo diga lo contrario) por orden de Xermán Varela, miembro de la citada sala del tribunal provincial.

El conductor, que fue cazado en marzo de 2017 por la N-554 (en el término municipal de Vilaboa) pese a conocer que carecía de permiso tras perder todos los puntos, tenía a sus espaldas tres sentencias, todas ellas del año 2017, por idéntico delito contra la seguridad vial.

Todo ello llevó al juez a dictar una pena de cuatro años y medio de cárcel indicando que "se deniega la suspensión", lo que implica su ingreso en el centro penitenciario de A Lama.

Ya en el mes de diciembre, la magistrada María Jesús Hernández Martín, de la misma sala cuarta de la Audiencia, decretó la pena de seis meses de cárcel para un vecino de Arbo, con cuatro condenas anteriores. El individuo se encontraba al volante de un turismo "con sus facultades disminuidas por el consumo inmoderado de alcohol", según relata la sentencia, cuando fue sometido a un control preventivo a cargo de la Guardia Civil de Tráfico. El resultado fue el esperado: más del triple de la tasa máxima legalmente permitida. Por si eso fuese poco, el investigado había sido privado de su permiso en virtud de una de las sentencias anteriores.

Todo ello hizo que el tribunal, además de instar al cumplimiento de la pena privativa de libertad, le retirase durante cuatro años más el carné de conducir.

El último dictamen que muestra la mano dura de la Justicia con este tipo de prácticas en Pontevedra fue firmado a finales de diciembre por María del Rosario Cimadevila, magistrada de la Sección Segunda. En él se considera acreditado que el encausado conducía una motocicleta el 31 de mayo de 2017 a la altura de Vilanova de Arousa bajo los efectos de las bebidas alcohólicas (triplicando la tasa máxima establecida). El conductor, con cuatro sentencias firmes de fechas anteriores por hechos similares, fue condenado a siete meses de prisión, la privación de conducir durante cinco años y el decomiso de su motocicleta.

VIGILANCIA. El segundo factor que está resultando decisivo a la hora de la importante reducción de los fallecimientos en las carreteras de la provincia es la vigilancia que llevan a cabo los efectivos del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Pontevedra. El equipo que dirigen Leovigildo Villares y Juan José López Castro cuenta con una unidad especializada en el control y el seguimiento de conductores de riesgo, que tiene una "cartera" de 800 conductores sin carné.

Los agentes, que trabajan de forma preventiva, ya han detectado la presencia de unos 150 de estos conductores reincidentes en las carreteras de la provincia, lo que ha motivado su denuncia por la vía penal y la posterior apertura de juicio oral que desemboca en sentencias como las anteriormente relatadas.

"Salen de la taberna con 0,40 o 0,50 (miligramos de alcohol por litro de aire espirado), giran sin mirar y atropellan a un ciclista. Son los que provocan los accidentes más graves", explica José Antonio Rey, que, junto a Juan Carlos Docampo, conforma la unidad especializada que vigila a conductores reincidentes.

Por último, las autoridades expresan su satisfacción por la mayor concienciación ciudadana a la hora de respetar las normas, un elemento no menos importante a la hora de reducir los accidentes mortales y graves.

Como aspecto a mejorar, la Guardia Civil advierte de la incidencia de siniestros graves con motoristas como víctimas, muy presentes en la provincia.

El récord: Un pontevedrés, sin carné hasta 2030

La Guardia Civil de Tráfico se encuentra con todos los perfiles posibles entre los conductores reincidentes en delitos contra la seguridad vial. Personas de edad avanzada, familias enteras que se saltan las normas... De entre todos ellos destaca un vecino de Pontevedra que, fruto de sus repetidas sanciones producto de sus infracciones, tiene el carné de conducir retirado por orden judicial hasta el año 2030.

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