¿Es lo mismo un préstamo sin intereses que un préstamo gratis?

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A estas alturas, todos los consumidores saben que el marketing utiliza una forma de decir las cosas diferente y que hay que tener cuidado al interpretar lo que se lee. Un buen ejemplo de ello es la promoción de préstamos sin intereses, ¿son gratis estos préstamos?

Según Compinero, los préstamos sin intereses pueden ser gratis, pero no tiene por qué ser así. Nos aclaran que, aunque no es habitual, algunas entidades anuncian préstamos sin intereses que llevan asociadas tarifas de estudio del préstamo o de apertura. Estos casos no son, por tanto, gratuitos.

Para que un préstamo sea gratuito debe permitirnos obtener el dinero y devolverlo sin añadir ni un céntimo de más bajo ningún concepto. Esto, en la práctica, se puede comprobar fácilmente mirando la TAE del contrato, ya que en ella se deben incluir todas las tarifas o comisiones obligatorias para poder conseguir el préstamo. 

Además, la TAE es un dato que debe aparecer en el contrato de préstamo, junto con el desglose de los intereses a pagar y la cantidad de devolución total que incluirá intereses y principal.

Como decíamos, en la actualidad no es tan habitual que las entidades acudan al apelativo sin intereses para luego cargar comisiones y normalmente un préstamo sin intereses será también gratis. En todo caso, es una duda que nunca se debe tener en el momento de firmar el contrato, ya que es algo que debe estar esclarecido en el documento. Si no es así, mejor no contratar.

Aunque pueda parecer demasiado bonito para ser verdad, los préstamos gratis existen en el mercado como oferta de bienvenida para que los consumidores prueben el servicio. Suelen ser de cantidades y plazos muy limitados y tienen el importante hándicap de que si se comete un impago las comisiones suelen ser altísimas. Es decir, son gratis mientras el prestatario cumpla con los pagos, pero si no lo hace, saldrán bastante caros.

Rara vez se encontrará un préstamo totalmente gratuito de 1000 euros o más. Suelen, más bien, ser préstamos de los conocidos como préstamos rápidos con un límite máximo a solicitar de 300 o 500 euros en el mejor de los casos.

Por supuesto, el mero hecho de su gratuidad no es razón suficiente para contratarlos. Según los expertos, es esencial estar seguro de que al terminar el plazo del préstamo se tendrá liquidez suficiente para devolverlo y, también, leer el contrato completo y con calma para asegurarse de que no habrá sorpresas.

La buena noticia es que la alta competitividad que hay en el mercado, ha llevado a las empresas a ofrecer mejores condiciones, lo que junto a las exigencias de transparencia por parte de las regulaciones, hace de España un mercado relativamente seguro para financiarse.