El teletrabajo en sus distintas modalidades goza ya de una gran implantación en nuestro país, particularmente en las empresas TIC y las enfocados a servicios online y al entretenimiento digital.
El trabajo en remoto aunque ha experimentado cierto retroceso con respecto a la etapa de la pandemia sigue siendo una realidad emergente, resultando muy numerosas las empresas de todo tipo de sectores que han asumido el modelo, al menos bajo una fórmula híbrida, con la que la plantilla puede trabajar desde casa algún día de la semana, o parte de su jornada.
Los nichos de actividad en los que se ha extendido especialmente el teletrabajo son todos los relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación, el ecommerce, el marketing digital así como el entretenimiento en línea. De modo que, por ejemplo, nos podemos encontrar que el personal de los casinos online más reconocidos trabaja en remoto, desde su propia home office.
Cabe destacar, pasando de nuevo a una perspectiva de conjunto, que el modelo híbrido es el que más aceptación tiene, tal y como lo reflejan estudios como el de CEBRE, que analiza el porcentaje de ocupación de oficinas en 2023, para resaltar cómo se impone mayoritariamente la fórmula mixta, con solo un 11% de empresas que han adoptado un sistema de trabajo totalmente en remoto, y un 10% que permanece con una plena presencialidad.
Tendencia del teletrabajo en España
Si se aborda detenidamente la evolución del teletrabajo en España, se puede observar un incremento hasta 2022, y a partir de esa fecha un cierto retroceso motivado por el escenario pospándemico. Si bien cabría hablar mejor de limitación, dado que la vuelta a las oficinas por lo general preveía la posibilidad de un teletrabajo parcial, que incluso en algunas empresas podía venir acompañado también de otros beneficios de flexibilidad horaria.
Con todo, estudios recientes como el del INE señalan contrastes regionales en la adopción del trabajo en remoto, con comunidades como Madrid que rozarían el 48%, en contraposición a otras como la extremeña, donde apenas alcanzaría el 18%. Algo que se explica por las diferencias de sectores económicos predominantes en una y otra comunidad.
Teletrabajo en los sectores digitales
Como señalábamos al principio, es en los segmentos TIC y del ámbito web donde más ha triunfado el trabajo en remoto. De hecho, las empresas informáticas tienen muy asumido que el modelo es un importante activo a la hora de atraer talento, teniendo en cuenta además que programadores, desarrolladores de software e ingenieros en telecomunicaciones son profesionales muy cotizados, que al margen de buenos paquetes retributivos y otros beneficios valoran de una empresa que les dé flexibilidad para poder trabajar desde cada o poder organizar un horario a medida, facilitándoles así la conciliación de la vida personal y laboral.
Por ello, cada vez proliferan más las ofertas de empleo en remoto dentro de los sectores digitales, existiendo ya de hecho incluso plataformas especializadas en este tipo de trabajos, en las que se publican demandas de profesionales desde para desarrollar tiendas digitales, hasta para formar parte del equipo de soporte técnico de portales de gambling.
Hay que valorar que el teletrabajo en remoto es un win-win para trabajadores y empresas, debido a que los primeros se benefician de las ventajas referidas; mientras que las segundas pueden prescindir de infraestructuras físicas costosas, o bien reducir los gastos inherentes a una ocupación plena de oficinas, en el caso de tener implantado un modelo híbrido.
Problemas del trabajo en remoto
Sin embargo, teletrabajar no es siempre un camino de rosas, cuando todavía cuesta poner el foco exclusivamente en la cultura de la productividad, tras una inercia secular de vigencia máxima de la presencialidad.
Además, muchos profesionales de distintos sectores se quejan de que con la adopción del teletrabajo se instaura la idea de una conectividad permanente, en la que es factible recibir whatsapps y correos laborales en cualquier momento con perspectiva de interacción por parte del trabajador.
A ello, se suman los problemas de comunicación internos que pueden surgir al trabajar los integrantes de los equipos desde ubicaciones separadas, o el reto que supone tener una infraestructura que dé respuesta y sea plenamente operativa en esta nueva realidad.
El mayor peligro potencial provendría de la ciberseguridad, ya que proteger la infraestructura IT, los sistemas de información y los dispositivos de trabajo es mucho más sencillo cuando todo se acota a una misma ubicación física. Mientras que cuando el personal opera en remoto aumentan las potenciales brechas de seguridad, lo que obliga a establecer planes a medida de prevención y respuesta a incidentes. Dada además la proliferación de ciberamenazas, que tratan precisamente de aprovechar al máximo estas vulnerabilidades.
Con todo, más allá de los retos y desafíos que puedan presentar los nuevos modelos de trabajo en remoto, lo cierto es que su adopción resulta inexorable, particularmente en los sectores digitales.