"Los ayudantes de dirección somos los ogros del rodaje"

Dani de la Torre, Santiago Segura y Emilio Martínez Lázaro son directores con los que trabajó en 2019 en proyectos que ahora ven la luz, como la aplaudida serie 'La Unidad' (Movistar +). Pero fue otro Dani, Froiz, el que aupó su carrera al darle una oportunidad en Matriuska
Alicia Díaz en una grabación de la serie Pazo de familia. LA DIAPO FOTOGRAFÍA
photo_camera Alicia Díaz en una grabación de la serie 'Pazo de familia'. LA DIAPO FOTOGRAFÍA

Alicia Díaz (Pontevedra, 1988) se graduó en Comunicación Audiovisual hace diez años en la Facultade de Ciencias Sociais de su ciudad y ahora disfruta, entre comillas, de unas semanas de parón después de haber encadenado varios trabajos como ayudante de dirección en producciones tan exitosas como la miniserie La Unidad (Movistar +), recién estrenada, la película Taxi a Gibraltar, con Dani Rovira, o la nueva de Santiago Segura, Padre no hay más que uno 2, cuyo estreno está previsto en verano y que finiquitó justo antes de decretarse el estado de alarma. También tiene pendiente la serie Súper normal, dirigida por Emilio Martínez Lázaro. Alicia incluso cuenta con ficha en la biblia del cine y la televisión, IMBD, aunque, confiesa, "me costó lo mío" que esté correcta y actualizada.

"La verdad es que el último año tuve mucha suerte porque en 2018 conseguí entrar en la película de Atresmedia Taxi a Gibraltar, con Dani Rovira, lo que me obligó a mudarme a Madrid, y a partir de ahí, logré entrar en La Unidad y en estas dos". Es una carrera fulgurante que ahora frenó por el estado de alarma, que obliga a aplazar proyectos firmados, pero que Alicia aprovecha porque "conviene parar de vez en cuando" es un trabajo de "demasiado esfuerzo físico y mental" que "te tiene que gustar, sino es imposible que lo aguantes".

"Para entrar en este mundillo es súper importante encontrar un buen sitio para hacer las prácticas. Y buena actitud"

Para los profanos en la materia, es conveniente saber que su misión no es ser la segundona del director más o menos famoso, sino que forma parte de un equipo en el que organiza el rodaje con mano de hierro hasta el último detalle, y es ahí donde se encuentra a gusto. "Considero que no tengo la creatividad suficiente como para dirigir, pero sí para organizar todo el rodaje. Mi herramienta de trabajo son los actores, estoy todo el día con ellos, vigilando donde están por si los necesitan... Hay algunos muy dispersos, pero no les vamos a echar la bronca. Los vigilas en la distancia".

En sus últimos trabajos, más allá de las series de la TVG en las que "nos conocemos todos", tiene anécdotas de todo tipo. "A los actores hay que tratarlos como personas normales, pero sí es cierto que cuando estás rodando por la calle, en medio de Madrid, es un lío". Le ocurrió con Taxi a Gibraltar, protagonizada por Dani Rovira. "La gente se le echaba encima y no tenemos guardaespaldas ni nada. Los ayudantes de dirección somos los que estamos entre ellos y la gente. Sobre todo cuando están vestidos de personaje no pueden hacerse fotos con la gente, sería como un spoiler, y a ellos les da reparo decírselo. Ahí llegamos nosotros". En Padre no hay más que uno participan dos jovencísimas actrices que cuentan por millones sus seguidores, Luna Fulgencio y Martina Valeria. "Nos aparecían legiones de niñas a grito pelado, rollo Beatles, pidiendo que les firmaran libros... No nos dejaban ni andar. Los de dirección tenemos asumido que somos los aguafiestas, los que echamos a la gente, pedimos silencio... Somos los ogros del rodaje".

ACCIÓN. Su nombre aparece en los créditos de series como Néboa o Vivir sin permiso, pero si hay un director con el que tiene experiencia es Dani de la Torre, con el que trabajó en El desconocido (2015) y La sombra de la ley (2018), donde volvió a su ciudad y a su antiguo instituto, el Valle Inclán.

"Este trabajo exige demasiado esfuerzo físico y mental. Te tiene que gustar y conviene parar de vez en cuando"

Ahora tripitió con La Unidad, que llegó a la pequeña pantalla el 15 de mayo. Fue el mejor estreno de la plataforma de Movistar+ y recogió muy buenas críticas. ¿Se esperaba este éxito? "Ya se notaba en los guiones que iba a quedar muy bien y la producción tenía mucho presupuesto. Teníamos dos unidades, la principal, con De la Torre, y las segunda, que dirigía Óscar Sánchez, con un nivel muy alto. Las explosiones, las persecuciones... Había convocatorias de hasta 300 figurantes. No estábamos acostumbrados a esto en Galicia, pero había presupuesto y con Dani siempre es a lo grande. Las cosas de acción, o las haces bien, o mejor no las hagas. Además trata de un tema, el yihadismo, del que no se habían hecho series en España".

El rodaje supuso todo un reto, desde la conjunción de actores de distintas nacionalidades e idiomas (incluso árabe) a las localizaciones. "No era Siria, era Vigo, la fábrica de Santa Clara. En Tolouse (Francia) se grabaron exteriores, pero la discoteca del primer capítulo es la Pelícano, en A Coruña". Hubo unidades que viajaron a Toulouse, a Figueres, a Nigeria, a Madrid y Melilla. En Galicia se rodó en A Coruña y sus alrededores, el Monte Neme, en Vigo, en Sanxenxo, las Fragas do Eume... El último fin de semana grabaron de noche las escenas en el puerto del capítulo final. "Las primeras en Vigo y las últimas en A Coruña, donde nos cayó el diluvio universal. Era el último día y no podíamos parar. Incluso tuvimos que ponerles neoprenos a los actores por debajo de la ropa para que no se congelaran".

Con el director monfortino "aprendes un montón. Tiene su carácter, pero con tal nivel de exigencia como el suyo, tiene que sacarlo, sino la gente no se esforzaría. Cuando haces las cosas bien, te lo dice, y si las cosas salen mal tampoco se ensaña".

Pero si hay otro Dani en su vida profesional es Dani Froiz, quien le dio su primera oportunidad en la productora Matriuska en tercero de carrera. "Si no fuera por ellos no estaría donde estoy ahora ni de broma. En ese verano hice un largo documental y una peli de ficción con ellos, que me enseñó muchísimo. Acabé la carrera y salí con contrato. El mismo Froiz me llamó para ir de meritoria en Vilamor (2012), de Ignacio Vilamor, donde me encargué de la figuración. Era una peli mucho más grande en la que aprendí muchísimo, aunque hubo momentos en los que me vi negra.

Con Matriuska ejerció también, por primera vez, como ayudante de dirección, su puesto soñado desde el segundo año en la facultad. Fue en A estación violenta (2017), de Anxos Fazáns. Aunque este mundillo se mueve "por contactos, para entrar es súper importante encontrar un buen sitio donde hacer las prácticas. Y, para que te vuelvan a llamar, lo más importante es la actitud, estar muy atenta, hacer lo que te pidan rápido y bien".

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