El escritor nicaragüense Sergio Ramírez, Premio Cervantes 2017

Fue vicepresidente de su país durante el primer Gobierno sandinista, pero no echa de menos la política. Ha publicado más de 55 libros

El escritor nicaragüense Sergio Ramírez.MARISCAL (EFE)
photo_camera El escritor nicaragüense Sergio Ramírez.MARISCAL (EFE)

El escritor nicaragüense Sergio Ramírez ha ganado este jueves el Premio Cervantes 2017, el galardón más importante de las letras hispanas y dotado con 125.000 euros, según el fallo del jurado hecho público por el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo.

Sergio Ramírez (Masatepe, 1942), ganador del Premio Alfaguara de Novela con Margarita, está linda la mar en 1998, fue vicepresidente de Nicaragua durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990). Esta edición del premio ha vuelto a cumplir así la ley no escrita que reparte el galardón de forma alternativa entre Latinoamérica y España, después de que el año pasado lo ganara el español Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943), que ha comparecido en la rueda de prensa junto con el ministro.

Ramírez no echa de menos la política: crítico con la realidad ya sea en sus libros y con la voz que le da ser escritor, su compromiso es no quedarse callado. Convencido de que el escritor latinoamericano no puede permanecer pasivo ante la violencia, Ramírez cree que "la desigualdad social es la gran raíz de la violencia en América Latina".

Su vida ha estado marcada por la dictadura de los Somoza, la revolución sandinista y sus más de cincuenta libros.

Ramírez nació en Masatepe, el 5 de agosto de 1942, cuando el país era gobernado por Anastasio Somoza García, un personaje que inspiraría algunos de sus cuentos y novelas y que lo llevaría a involucrarse en la política. "Nací bajo el viejo Somoza, llegué a la universidad bajo otro Somoza (Luis Somoza Debayle) y participé en el derrocamiento del último de los Somoza (Anastasio Somoza Debayle), el 19 de julio de 1979. Mi vida está marcada por esta familia dictatorial", contó a Efe cuando cumplió 70 años.

Su paso por la política, dice, fue circunstancial: "Pasé por ella porque fue una necesidad tras la revolución sandinista".

"Los escritores latinoamericanos somos cronistas de hechos y debemos registrarlos, exponerlos a la luz pública, iluminarlos, somos testigos privilegiados de las ocurrencias de la vida cotidiana trastocada por la violencia, el miedo, la inseguridad, la corrupción, las grandes deficiencias del Estado de derecho, somos testigos de cargo".

Ha publicado más de 55 libros, que han sido traducidos a varios idiomas. Entre sus obras figuran también La marca del Zorro (1989), Oficios compartidos (1994), Charles Atlas también muere (1994), Un baile de máscaras (1995, Premio Laure-Bataillon 1998), Adiós muchachos (1999), Mentiras verdaderas (2000), Sara (2015) y las dos novelas negras protagonizadas por el inspector y exguerillero Dolores Morales. 

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