con las entradas agotadas, el pianista británico James Rhodes (Londres, 1975), actualmente afincado en España, llega a Pontevedra para ofrecer el que promete ser uno de los conciertos del año en la ciudad. El artista, que visitó la capital de la provincia después de elogiar su modelo urbano, mantiene que la peatonalización puede ayudar a cambiar el mundo. Con cientos de miles de seguidores hoy en las redes sociales, Rhodes saltó a la fama fuera de su país al publicar unas memorias desgarradoras, ‘Instrumental’ (Blackie Books, 2015), en las que abordaba los abusos sexuales que sufrió durante su infancia y que condicionaron el resto de su vida. Su amor incondicional por la música, los recitales en los que mezcla la interpretación de algunas de sus piezas favoritas con confesiones personales al público y su defensa de valores como la diversidad, el respeto y la amistad, le han convertido en uno de los intérpretes de música clásica más célebres del mundo. En esta entrevista, realizada a través del correo electrónico, avanza cómo será su recital del domingo.
Con este concierto en Pontevedra cumple el sueño de muchos fans que le invitaron a venir a la ciudad cuando compartió en su cuenta de Twitter el artículo de The Guardian que elogia el modelo urbano de la ciudad. Aunque, en realidad, usted ya la ha visitado. ¿Le gustó? ¿Cumplió sus expectativas? ¿Cree que este modelo que prioriza el peatón sobre los vehículos realmente se puede implantar en una gran ciudad?
Me encantó. Aunque estuve solo un día. Esta vez estaré dos y medio, lo que son que noticias excelentes para mí. Estoy ansioso por llegar a Galicia. La peatonalización es una cosa maravillosa. Es algo totalmente necesario y aporta grandes e importantes cambios al mundo en el que vivimos. Vosotros sois los pioneros y es algo de lo que debéis estar orgullosos.
Es un enamorado confeso de España. ¿Qué ha encontrado aquí que no ha encontrado en otros lugares?
Paz. Calidez (de clima y emocional). Comida increíble. Una calidad de vida mucho más elevada. Amistad. Un sentido de pertenencia. Una cultura rica y con diversidad de idiomas que me asombra. Podría escribir un libro entero. Por primera vez en mi vida he encontrado un hogar y un lugar donde quiero echar raíces.
También se ha declarado fan del gallego y hasta lo usa de vez en cuando en sus redes sociales. ¿Cómo conoció el idioma? ¿Se sorprendió cuando en Twitter hubo quien le recriminó que lo usara en vez del castellano?
Vuestro idioma es increíble. Es como música verbal. Tamar Novas me introdujo en él (él fue el primer amigo que tuve en España después de mudarme). Resulta hasta gracioso, pero es triste que se me critique por usarlo. Estoy seguro de que hay espacio en España para todas las lenguas… Para mí es una cuestión de respeto. Si estoy en Galicia lo intentaré y tuitearé (y a veces hablaré) en gallego. Lo mismo si estoy en Cataluña, con el catalán, por ejemplo. De todas formas, la gente se enfada con muchas cosas en internet. ‘Ofendiditos’ es una de mis palabras favoritas. Lo cierto es que un idioma que tiene más de 70 palabras para ‘lluvia’ merece ser celebrado.
¿Cómo va a ser su concierto en Pontevedra? ¿Podría adelantarme algo?
Serán entre 90 y 100 minutos sin bombardeo de telebasura, ni de anuncios, ni de ‘likes’ de Facebook. Una breve tregua del ridículo y a veces frenético trabajo en el que vivimos. Las luces se apagarán y podremos desaparecer por unos instantes, escuchando música que fue compuesta hace 200 o 300 años pero que sigue viva hoy. Principalmente será una oportunidad de respirar, relajarse y escuchar. Algo que cada vez es más difícil de hacer.
¿Cree que la música tiene realmente un valor terapéutico? ¿Especialmente la música clásica? ¿Más o menos que el yoga? ¿Cómo le va con esta práctica?
El yoga es un reto. Yo no soy muy flexible… Toda la música tiene valor terapéutico, no solo la clásica. Cualquier cosa creativa tiene valor para la mente. Es algo que toca una parte de nosotros que a veces nos forzamos a ignorar, o enterrar, u ocultar. Esta es una de las razones por las que me apena la situación en la que está educación musical en el mundo. Escuchar a Rosalía, Manu Chao o Chopin con la mente abierta puede hacer maravillas para el alma.
